El accidente en la División El Teniente de Codelco, que cobró seis vidas en julio, representa el 40% de las muertes mineras registradas en 2025. La mayoría de los siniestros se concentran en O’Higgins, Atacama y Antofagasta.
Un año complejo para la seguridad minera
El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) informó que, a octubre de 2025, las fatalidades mineras en Chile alcanzan 15 trabajadores fallecidos, igualando el total registrado en 2018, año que hasta ahora mantenía el récord más alto de la última década.
La cifra vuelve a encender las alarmas en torno a la seguridad laboral en la minería, principal motor económico del país. A estos casos podría sumarse un nuevo accidente ocurrido el 9 de octubre en Minera Escondida, propiedad de BHP, donde falleció un trabajador de una empresa colaboradora. El incidente aún se encuentra bajo investigación para determinar si se trata o no de una muerte laboralmente asociada a faenas mineras.
De confirmarse, el número total de fatalidades superaría las 15 actuales, configurando el peor registro desde 2018, cuando se produjo un número similar de muertes en faenas extractivas.
El accidente de El Teniente: un evento con impacto nacional
El siniestro más grave de 2025 tuvo lugar el 31 de julio en la División El Teniente de Codelco, en la comuna de Machalí, Región de O’Higgins. El hecho dejó seis trabajadores fallecidos, equivalente al 40% de todas las muertes mineras del año.
El presidente ejecutivo de Codelco, Máximo Pacheco, señaló posteriormente que las investigaciones no detectaron señales sísmicas previas al evento que pudieran haber servido de advertencia. “El cerro no habló”, expresó el ejecutivo, agregando que “se manejaron correctamente los protocolos de activación y manejo de la emergencia”.
El accidente marcó un punto de inflexión en la discusión sobre seguridad en minería subterránea, especialmente en faenas de gran escala como las de la cuprífera estatal, que actualmente ejecuta proyectos estructurales de alta complejidad geotécnica.
Distribución y causas de los accidentes
El informe de accidentabilidad minera de Sernageomin, correspondiente a septiembre de 2025, detalla que los 12 de los 15 accidentes registrados ocurrieron en minería subterránea, dos en plantas de procesamiento y uno en instalaciones anexas.
En términos geográficos, la Región de O’Higgins concentra seis fatalidades, seguida por Atacama (4) y Antofagasta (3).
Por tipo de empresa, la gran y la pequeña minería reportan siete fallecidos cada una, mientras que la mediana minería contabiliza uno. En cuanto a la relación contractual, los trabajadores de empresas contratistas representan ocho de las muertes, mientras los trabajadores directos de mandantes suman siete.
Principales causas: golpes de roca y accidentes con equipos
El análisis histórico de Sernageomin revela que la principal causa de accidentes fatales en los últimos 25 años corresponde a “golpes de roca”, con un 31% del total, equivalente a 202 muertes desde el año 2000.
En segundo lugar, se ubican las caídas desde altura, con 103 fallecidos en el mismo periodo. En tanto, dentro de la gran y mediana minería, las muertes más frecuentes son provocadas por vehículos o equipos motorizados, responsables del 23% de los casos (73 fatalidades), seguidas por incidentes de apriete o atrapamiento, que han causado 60 decesos.
En el caso de la pequeña minería, el patrón es aún más crítico: el 48% de las muertes se debe a golpes de roca, con 155 casos acumulados desde el 2000.
Patrones temporales: meses y días de mayor riesgo
El registro histórico indica que agosto es el mes con más fatalidades mineras, sumando 70 muertes desde 2000, seguido de junio (65) y enero (63).
En cuanto a los días de la semana, el jueves concentra la mayor cantidad de accidentes mortales (127 casos), mientras que el lunes ocupa el segundo lugar (109), lo que sugiere una correlación entre la carga operativa de las faenas y la fatiga acumulada de los trabajadores.
Un llamado a reforzar la cultura de seguridad
El repunte de fatalidades revive el debate sobre la efectividad de los protocolos de seguridad industrial, especialmente en contextos de alta demanda productiva y presión por cumplir metas de extracción.
Sernageomin ha reiterado su compromiso con la supervisión técnica y el fortalecimiento de la fiscalización preventiva, enfatizando la necesidad de una cultura de seguridad compartida entre empresas mandantes y contratistas.
Por su parte, el sector minero enfrenta el desafío de reducir los riesgos inherentes a las operaciones subterráneas mediante nuevas tecnologías de monitoreo, gestión predictiva y capacitación continua.
El repunte de muertes en 2025 deja una lección clara: la seguridad minera debe mantenerse como prioridad absoluta, incluso en períodos de expansión y alto rendimiento productivo.

