La firma, que construye un proyecto de US$ 800 millones en Argentina, ha planteado como condición para cualquier nueva iniciativa tener el control. «Somos una empresa flexible. Nuestra experiencia es de asociaciones con el Estado donde ellos tienen una minoría en el activo. Si vamos a trabajar con otras condiciones, estamos dispuestos a explorarlas», dice Miguel Fuentes, vicepresidente de desarrollo de proyectos de Eramet.
La multinacional francesa Eramet tiene su mirada puesta en Chile. Su oficina comercial lleva varios meses explorando oportunidades para entrar a la industria del litio, pero desde hace años que registra reuniones con autoridades chilenas para encontrar un espacio en el país. Con operaciones en 14 países, su foco está puesto en metales y minerales para la transición energética. Y Sudamérica es una de las regiones donde ha concentrado parte de su estrategia de crecimiento.
En Argentina, Eramet está construyendo una planta en el salar Centenario Ratones, ubicado en Salta, donde han invertido US$800 millones, afirma el ejecutivo peruano Miguel Fuentes, vicepresidente de desarrollo de proyectos de Eramet, ejecutivo que lidera la búsqueda de oportunidades de crecimiento en litio y níquel.
Por ello, su atención en Chile -donde aún no tienen operaciones ni pertenencias mineras en salares- se acrecentó tras el 20 de abril, cuando el Presidente Gabriel Boric anunció la estrategia gubernamental para la industria.
Eramet quiere crecer en Chile y decidió abrir una oficina operativa “para manejar proyectos de inversión de manera más ágil, tanto en la parte técnica como en la parte comercial”, explica Fuentes.
El proceso considera traer un grupo de geólogos, enfocados en hacer prospecciones y potenciar el área comercial. Todo, dentro de una estrategia basada en buscar alianzas, tanto con Enami como Codelco, o bien con otras compañías ya establecidas, ya sean junior, productoras, o concesionarios con pertenencias que les permitan comenzar a explorar.
¿Sus atributos?: “Nuestra experiencia trabajando con el Estado”, señala Fuentes en primer lugar, citando alianzas con Estados o empresas estatales donde ya operan. Segundo, el conocimiento en exploración y desarrollo de proyectos, como Centenario Ratones, donde operarán con extracción directa de litio (DLE), una de las nuevas exigencias instaladas en Chile. Tercero, su orientación a la responsabilidad social corporativa, a las comunidades y al respeto al medioambiente, dicen. “Con esas palancas, nuestra oferta de valor es bastante potente”, afirma.
Fuentes comenta que los planes de Eramet para invertir en el país pasarán por todas las etapas. “Tendríamos la etapa de exploración, ya que Chile tiene el potencial, pero falta explorarlo y cuantificarlo. Luego pasaríamos a la etapa de estudios de los proyectos, ver la factibilidad de estos con ingeniería básica y de detalle. Luego inversiones de capital. Si hacemos un paralelo con lo hecho en nuestro proyecto en Argentina, para producir 24 mil toneladas de carbonato de litio (LCE) por año, estamos hablando de una inversión aproximada de US$ 800 millones”, detalla.
Para Chile ¿se requerirían inversiones de la misma magnitud?
-Inclusive más grandes. Todo va a depender del potencial del depósito. El que tenemos en Argentina tiene el potencial de ser expandido, y pensamos que en Chile, dependiendo de la concentración de litio en la salmuera en algunas zonas, de las extensiones, (…) podríamos llegar a producir entre 60 a 75 mil toneladas por año.
Ustedes han planteado la condición de poder controlar los proyectos donde operan, pero con la estrategia del gobierno eso se ve lejano, ¿mantienen esa posición?
-Somos una empresa flexible. La política del litio lo que ha entregado a todos los jugadores es un marco de trabajo. Se habla de que el Estado tenga una mayoría en salares estratégicos, el 50,1%. Luego, en salares que no son estratégicos el accionariado puede variar. Nuestra experiencia es de asociaciones con el Estado donde ellos tienen una minoría en el activo. Si vamos a trabajar con otras condiciones, estamos dispuestos a explorarlas, a trabajarlas, y a obviamente llegar a un acuerdo que sea beneficioso para todas las partes.
Esa definición de salares estratégicos no tiene plazo definido, ¿cuánto hay que acelerar ese proceso para que las inversiones no se terminen esfumando?
-Los negocios mineros son de largo plazo. Tomar el tiempo necesario para tomar buenas decisiones es importante. Como Eramet, nosotros estamos dispuestos a participar en mesas de consulta para dar nuestro aporte y acelerar los procesos. Ahora, si bien la minería es de largo plazo, las ventanas de oportunidad son cortas. El litio existe de manera muy rica en Chile, pero también está en Argentina, Australia y otras zonas del planeta. La oferta comienza a crecer y Chile puede atrasarse.
En Centenario Ratones están asociados con Singshan, una empresa china. En el caso chileno, ¿consideran fórmulas similares?
-Sí. Eso es algo natural en la industria. Es raro tener operaciones propias 100%. Siempre se tiene un socio. Para el caso de Chile nosotros estamos empezando solos, pero definitivamente bajo el marco de la política nacional, felices de asociarnos con Enami o con Codelco, y en caso que haya que traer a alguien más a la mesa, veremos cómo se alinea con nuestra estrategia.
¿Con quiénes se han reunido?
-Con los potenciales socios, Codelco y Enami, mantenemos conversaciones frecuentes y fluidas. Y con los ministerios hemos empezado con algunos. Recientemente nos hemos reunido con el subsecretario de Minería, Willy Kracht.
¿Tienen previsto hacer convenios con algún offtaker?
-En Argentina sí, porque ya estamos en un momento donde estamos cercanos a una producción, con un proyecto que es viable física y económicamente.
¿Están en conversaciones con algún fabricante de baterías?
-Estamos interesados en que se desarrolle una cadena de valor en Chile. Recientemente hemos formalizado algo que vamos a anunciar muy pronto, un convenio para hacer estudios de inversiones y de desarrollo de la industria aguas abajo para el litio. Estaríamos produciendo un consorcio que produce litio, lo procesa localmente y luego lo usa para uso masivo.