Geólogos han localizado en Australia el mayor depósito de hierro registrado hasta la fecha, con una estimación de 55.000 millones de toneladas de metal y un valor económico de 5,6 billones de euros. El descubrimiento, realizado en la provincia de Hamersley, marca un hito tanto para la industria minera como para la geología global.
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El hallazgo refuerza la posición de Australia como líder mundial en producción de hierro y podría modificar significativamente el equilibrio del mercado internacional de materias primas. Las consecuencias económicas se proyectan a gran escala, incluyendo potenciales fluctuaciones en los precios del hierro y un impacto directo en las cadenas de suministro industrial.
Desde el ámbito científico, el yacimiento ofrece nuevas claves sobre los procesos de formación del hierro. La doctora Liam Courtney-Davis, coautora del estudio, afirmó que el hallazgo permite vincular estos depósitos con los ciclos de los supercontinentes, lo que amplía la capacidad de predicción sobre dónde explorar en el futuro.
El equipo investigador empleó técnicas innovadoras basadas en análisis de isótopos de uranio y plomo, lo que ha permitido datar el origen del yacimiento en 1.400 millones de años, descartando así las estimaciones previas de 2.200 millones. Este cambio en la cronología es crucial para comprender cómo se transformaron formaciones con 30 % de hierro en depósitos con más del 60 %.
El profesor asociado Martin Danisík destacó que esta nueva metodología permitirá estudiar con mayor precisión los procesos tectónicos más relevantes de la historia geológica. Además, plantea nuevos retos en torno a la explotación sostenible y el impacto ambiental que generaría el desarrollo del yacimiento.
Con este descubrimiento, Australia no solo consolida su liderazgo en recursos minerales, sino que también abre una nueva era en el estudio de los orígenes y evolución de los grandes depósitos metálicos del planeta.
