· Guillermo Sierra, jefe división estructuras y peritajes del Idiem, destaca el aporte de esta tecnología a la gestión preventiva y la continuidad operativa del sector minero.
En el complejo ecosistema de la operación minera, donde los activos críticos están sometidos a cargas extremas y condiciones ambientales severas, el monitoreo de salud estructural emerge como una herramienta estratégica para garantizar la continuidad y seguridad operacional. Este enfoque innovador, basado en la recopilación de datos empíricos, permite una gestión proactiva y predictiva de la infraestructura.
El Centro de investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales (IDIEM) releva el valor estratégico del monitoreo de salud estructural como una herramienta clave para la gestión de activos críticos en la industria minera. Esta tecnología permite realizar un seguimiento en tiempo real del comportamiento de estructuras que albergan o soportan equipos mineros como chancadores, correas transportadoras, puentes industriales, anticipándose a fallas que podrían poner en riesgo la operación o las personas.
“El monitoreo de salud estructural entrega datos reales y confiables sobre cómo se comportan las estructuras bajo las condiciones operacionales y ambientales presentes en el momento. Esto permite detectar desviaciones respecto del comportamiento esperado, anticiparse a la ocurrencia de daños y planificar acciones correctivas o de mantenimiento para evitar que ocurra una falla”, explica Guillermo Sierra, jefe división estructuras y peritajes del Idiem.
Este tipo de monitoreo consiste en la instalación de sensores que registran variables estructurales tales como vibraciones, desplazamientos, deformaciones o cambios en los estados tensionales. La información recopilada es procesada de forma automática mediante algoritmos especializados y, una vez que se cuenta con un historial suficiente, es posible aplicar inteligencia artificial para identificar patrones de respuesta estructural futuros, de modo de realizar un mantenimiento anticipado si los datos así lo indican.
“Como ya se señaló, el mayor valor está en la capacidad predictiva que ofrece el sistema. No solo entregamos alertas tempranas, sino que también generamos la información necesaria para desarrollar planes de mantenimiento preventivo más eficientes, menos invasivos y a menor costo que una reparación estructural correctiva”, agrega Sierra.
Una inversión estratégica para estructuras críticas
Si bien esta tecnología puede aplicarse en cualquier tipo de infraestructura, su implementación es especialmente recomendable en estructuras claves dentro de la cadena productiva minera, donde una falla puede provocar una paralización completa de las operaciones, a veces por un largo periodo, generando millonarias pérdidas.
“Lo recomendable es partir con un análisis de costo-beneficio según la criticidad de la estructura. Cuando estas son nuevas, se puede incorporar el sistema en la etapa de diseño; en estructuras existentes, en cambio, realizamos un diagnóstico estructural inicial y, si es necesario, proponemos medidas de normalización estructural, antes de implementar el sistema monitoreo”, señala el jefe división estructuras y peritajes del Idiem,
El profesional enfatiza que responder a tiempo a las alertas que entrega el sistema y ejecutar los planes de mantenimiento sugeridos, son factores decisivos para conservar la salud estructural y asegurar la continuidad operacional a lo largo del ciclo de vida del activo.


