La transición a la energía renovable podría verse afectada por la falta de cobre

El cobre se ha convertido en un recurso indispensable para la transición hacia la descarbonización, y la falta de suministro podría desviar el rumbo de la transición energética. La reconversión de sistemas eléctricos basados en combustibles fósiles para que funcionen con energías renovables requerirá mucho más cobre, de lo que las empresas mineras son capaces de producir actualmente. La demanda anual se duplicará hasta alcanzar los 50 millones de toneladas métricas en 2035, según un estudio de S&P Global financiado por la industria, y el crecimiento de la oferta alcanzará su punto máximo en 2024. Goldman Sachs Group Inc. calcula que los mineros necesitarán gastar unos 150.000 millones de dólares en la próxima década para superar un déficit de 8 millones de toneladas. El fantasma de la inflación mundial hace aún menos apetecible un fuerte gasto de capital, ya que eleva los costes operativos y de endeudamiento. Además, los ricos yacimientos de cobre son cada vez más difíciles y caros de encontrar, y el creciente escrutinio de las normas sociales y medioambientales de la minería ha elevado los costes de producción y ha puesto más barreras a la expansión.

La cadena de suministro del cobre está actualmente sesgada hacia China, que procesa y consume una gran parte de los metales extraídos en América Latina y África. El dominio de China en metales como el cobre, el litio y el cobalto le ha ayudado a convertirse en líder de la fabricación de vehículos eléctricos. Sus rivales económicos, como Estados Unidos y Alemania, buscan ahora abastecerse más de esos metales localmente o entre sus aliados. Algunos legisladores estadounidenses han abogado por añadir el cobre a una lista de minerales considerados críticos y establecer una reserva nacional de materiales estratégicos.

Ante este panorama, la industria minera debe invertir para aumentar la producción y asegurar el suministro necesario. Sin embargo, las empresas mineras se han vuelto más cautelosas tras haber quemado sus recursos en el pasado, aumentando la producción justo cuando la demanda estaba cayendo. La solidez de sus balances y el temor a la inflación global hacen que las empresas sean más reacias a invertir en nuevos proyectos. Es necesario encontrar una solución para garantizar el suministro de cobre y evitar que la falta de este recurso desvíe el rumbo de la transición energética.

Fuente: Revista Digital Minera

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