En un hito histórico, Noruega está en camino de dejar atrás los coches de gasolina a favor de los vehículos eléctricos de batería (BEV) para finales de 2024 o principios de 2025, según análisis y reportes de Reuters.
Impulso hacia la sostenibilidad
El cambio hacia los BEV ha sido impulsado por generosos incentivos, aprovechando la riqueza petrolera y gasífera de Noruega. El país nórdico se ha propuesto ser pionero en el abandono de los vehículos de combustión interna, con el objetivo de eliminar la venta de coches nuevos de gasolina y diésel para 2025.
Ventajas y desafíos
Noruega ha eximido a los BEV de impuestos automovilísticos y ha invertido en infraestructura de carga pública para vehículos eléctricos. Aunque los BEV han superado a los vehículos de gasolina, aún se espera que tomen algunos años más para superar a los vehículos diésel en el país.
Impacto global
Si más países siguen el ejemplo noruego, la demanda mundial de petróleo podría alcanzar su punto máximo antes de lo previsto, según la Agencia Internacional de Energía. Este cambio en el mercado automovilístico podría tener implicaciones significativas en la industria petrolera.
Desafíos financieros y perspectivas futuras
A pesar de la inversión y los incentivos, la transición hacia los BEV no ha sido económica para Noruega. Las exenciones fiscales para los BEV han generado costos significativos para el Estado. Sin embargo, se espera que las ventas de BEV continúen en ascenso, con predicciones optimistas que apuntan a una adopción aún mayor en el futuro.