Una apuesta estratégica tras tres décadas sin nuevas fundiciones
El anuncio conjunto de Codelco y Glencore para levantar una nueva fundición de cobre —la primera en más de 30 años en territorio nacional— reconfiguraría el mapa de la capacidad de procesamiento en Chile. La iniciativa, estimada en US$2.000 millones, contempla una planta capaz de tratar 1,5 millones de toneladas métricas secas (TMS) de concentrado al año, superando así a Caletones, de la División El Teniente, que hoy domina el sector con 1,3 millones de TMS. Para diversos expertos, la nueva fundición representa una decisión estratégica más que un negocio inmediato.
El Memorándum de Entendimiento suscrito ambas firmas establece que Glencore financiará, construirá y operará la planta, mientras que Codelco proveerá 800 mil TMS anuales durante una década, con posibilidad de renovación.
Un mercado con capacidad limitada y plantas envejecidas
Actualmente, el mercado chileno de fundiciones está compuesto por cinco plantas activas: Caletones (Codelco), Altonorte (Glencore), Chuquicamata (Codelco), Chagres (Anglo American) y Potrerillos (Codelco Salvador), esta última detenida desde julio por un accidente en su chimenea. El vicepresidente de Operaciones de Codelco, Mauricio Barraza, aseguró que la reparación permitirá reiniciar la fundición en el segundo semestre de 2025.
Altonorte, construida en 1993, es la instalación más moderna entre las existentes, lo que evidencia el rezago estructural de un sector clave para la cadena de valor del cobre chileno. En paralelo, dos fundiciones quedaron fuera del mercado: Ventanas (Codelco), cerrada en 2023, y Paipote (Enami), que cesó operaciones en 2024 y hoy avanza en un ambicioso proyecto de modernización.
Paipote: un actor que reaparece con fuerza
La reingeniería de Paipote, con una inversión de US$1.700 millones, triplicará su capacidad anterior y permitirá capturar hasta el 99% de las emisiones. El proyecto ya cuenta con Resolución de Calificación Ambiental, y Enami se encuentra en proceso de selección de financiamiento, con interesados como Rio Tinto, Sumitomo Mitsui y Mercuria.
De materializarse, la nueva Paipote se posicionaría como un actor relevante, aunque aún distante de la escala proyectada para la planta Codelco–Glencore. Según Andrés González, de Plusmining, no puede descartarse un eventual acuerdo entre ambas iniciativas para unificar esfuerzos futuros, pese a que hoy avanzan por vías distintas.
Un mercado amplio y todavía subexplotado
Chile posee una capacidad instalada cercana a 4,8 millones de TMS, frente a un volumen de producción que supera los 8 millones de TMS de concentrado, de los cuales solo un 23% se procesa localmente. Con Potrerillos operativa, la capacidad total podría acercarse a 5 millones de TMS, cifra aún insuficiente para absorber la amplia oferta del país.
Para Juan Ignacio Guzmán, CEO de GEM, el potencial es evidente: la nueva fundición y la modernización de Paipote “solo ocuparán una fracción menor del concentrado nacional, por lo que existe mercado suficiente para procesar mucho más cobre en Chile”.

