Pakistán está cerca de permitir un proyecto de cobre y oro de 7.000 millones de dólares

El Tribunal Supremo de Pakistán refrendó el viernes un acuerdo entre el Gobierno del país y Barrick Gold (NYSE: GOLD) (TSX: ABX), que permite a la minera canadiense reanudar las obras de su proyecto de cobre y oro Reko Diq.

La decisión judicial favorable es vital para asegurar el apoyo parlamentario al proyecto de 7.000 millones de dólares, que es la aprobación final que Barrick necesitaría para iniciar la construcción en Reko Diq.

El proyecto, que alberga uno de los mayores yacimientos de cobre y oro sin explotar del mundo, lleva en suspenso desde 2011 debido a una disputa sobre la legalidad de su proceso de concesión de licencias.

Barrick resolvió el largo enfrentamiento con Pakistán a principios de este año, llegando a un acuerdo preliminar extrajudicial que despejó el camino para un acuerdo final sobre cómo explotar la mina y los acuerdos de reparto de beneficios.

La mina propuesta sería una de las mayores inversiones extranjeras en Pakistán y uno de los proyectos clave de Barrick para esta década.

Plan en dos fases

El gigante canadiense del oro tiene previsto iniciar la producción de la fase 1 en 2027-2028, con un coste aproximado de 4.000 millones de dólares, y la fase 2 en cinco años, con un coste aproximado de 3.000 millones de dólares.

El diseño conceptual prevé una mina a cielo abierto con una vida útil de más de 40 años. Se construiría en dos fases, empezando por una planta que podrá procesar unos 40 millones de toneladas de mineral al año, cantidad que podría duplicarse en cinco años.

El último plan duplica la capacidad de producción anual y más que duplica la inversión estimada en un estudio de viabilidad inédito de 2010.

Durante el pico de construcción, se espera que el proyecto dé empleo a 7.500 personas y, una vez en producción, creará 4.000 puestos de trabajo a largo plazo durante los 40 años previstos de vida útil de la mina.

Pakistán es ahora socio al 50% en Reko Diq, con un 25% en manos del Gobierno Provincial de Baluchistán y un 25% en manos de empresas estatales paquistaníes.

Barrick ya había adoptado un modelo similar en Papúa Nueva Guinea. Este tipo de acuerdos da a los países anfitriones un interés más directo en garantizar el éxito de un proyecto.

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