Protestas por acuerdo impositivo de Cobre Panamá exponen desafíos en la transición energética

Las protestas desatadas por nuevo acuerdo impositivo firmado en octubre han dejado al yacimiento minero de Cobre Panamá, valorado en 10 mil millones de dólares, inactivo. La empresa minera First Quantum Minerals Ltd. ha visto su precio de acciones caer a la mitad y se encuentra rodeada por competidores. El proyecto, que se esperaba fuera el centro de la economía panameña, se ha convertido en un dilema que ilustra los desafíos de la transición energética global. Mientras los gobiernos buscan asegurar los materiales necesarios para la fabricación de vehículos eléctricos y paneles solares, sus ciudadanos se oponen a la apertura de nuevas minas.

Cabecillas de la industria minera se reunirán en Chile esta semana para discutir los desafíos enfrentados por proyectos como Cobre Panamá. Se plantean interrogantes sobre la viabilidad y los riesgos de invertir en países latinoamericanos con creciente inestabilidad política. La falta de inversión en minas tendrá un impacto negativo sobre la transición energética.

First Quantum Minerals Ltd., compañía con sede en Canadá, es conocida por su capacidad para finalizar proyectos antes de plazo. Sin embargo, en el caso de Cobre Panamá, ignoraron las advertencias sobre disputas fiscales y asuntos legales. Aunque el presidente de Panamá advirtió que la empresa debería pagar más impuestos en un futuro, ignoraron sus advertencias. Esta actitud les ha llevado a una posición vulnerable y a enfrentarse a protestas a nivel nacional.

La situación de Cobre Panamá ejemplifica una tendencia más amplia en la industria minera. A medida que aumenta la demanda de cobre y otros metales para la transición energética, los ciudadanos se resisten a la apertura de nuevas minas. Esto plantea un desafío para la industria y pone en duda si habrá suficiente suministro de metales para satisfacer las necesidades de la transición energética.

First Quantum Minerals Ltd. ha lanzado una campaña mediática en Panamá antes de las elecciones presidenciales de mayo, esperando ganar suficiente apoyo popular para persuadir al próximo gobierno de reabrir la mina. Sin embargo, algunos analistas predicen que el cierre podría durar un año o más, y existe incertidumbre sobre quién será el propietario final de la mina.

Este cierre ha contribuido a la escasez mundial de mineral de cobre, lo que ha llevado a un aumento en los precios del metal. Además, ha intensificado las advertencias de la industria minera sobre la falta de suministro de metales necesarios para la transición energética.

Si no se abordan las restricciones de suministro y otros desafíos, Estados Unidos podría no ser capaz de satisfacer la creciente demanda de cobre para la infraestructura de energía limpia y la transición a vehículos eléctricos. Es necesario encontrar una solución para garantizar el suministro de metales necesarios para la transición energética sin ignorar los problemas sociales y medioambientales que conlleva la apertura de nuevas minas.

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