AIE Proyecta Inversión de US$580 Mil Millones en Centros de Datos, Superando a Suministro de Petróleo

El informe “Perspectivas de la Energía Mundial 2025” de la Agencia Internacional de Energía (AIE) consolida la inminente “Era de la Electricidad”, al tiempo que subraya una crítica inseguridad global derivada de la concentración en el refinado de minerales esenciales y el riesgo climático.

La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha publicado su informe “Perspectivas de la Energía Mundial 2025”, liderando con la proyección de que, para 2025, las inversiones en centros de datos alcanzarán los US$580 mil millones, cifra que rebasará el gasto global en suministro de petróleo. Este crecimiento, impulsado por la digitalización y la inteligencia artificial, confirma el avance global hacia la “Era de la Electricidad” por el aumento en la demanda de energía para aplicaciones tecnológicas avanzadas.

Inseguridad Energética por Concentración de Minerales

El documento de la AIE resalta una creciente “inseguridad energética” que abarca tanto a los combustibles tradicionales como a los minerales críticos indispensables para la transición, como el níquel y el cobalto, esenciales para la electromovilidad y el almacenamiento de energía.

El informe detalla que la cadena de suministro presenta una alta vulnerabilidad: un único país concentra el refinado de 19 de los 20 minerales estratégicos, dominando el 70% del mercado global. Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, indicó que esta situación refleja que “Las tensiones en materia de seguridad energética hayan afectado a tantos combustibles y tecnologías simultáneamente”.

Desafíos de Acceso y Resiliencia Climática

A pesar de los avances en la digitalización, persisten desafíos en la cobertura y la estabilidad energética. La AIE informa que más de 700 millones de personas aún carecen de acceso a electricidad. Adicionalmente, el objetivo de limitar el aumento de temperatura global a 1,5 °C se encuentra en riesgo en todos los escenarios previstos por la organización.

El informe enfatiza la urgencia de incorporar mayores niveles de resiliencia en los sistemas energéticos globales frente al cambio climático y ciberataques. Recientemente, 200 millones de hogares enfrentaron interrupciones debido a fallas en infraestructura. La mitigación de riesgos y la garantía de un suministro estable exigen diversificar fuentes y fortalecer la cooperación internacional.

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