El oro profundiza su caída y se aproxima al umbral de los US$ 4.000 por onza

Mayor retroceso diario desde 2013

El precio del oro continúa registrando una marcada corrección tras los máximos históricos alcanzados la semana pasada. El metal precioso sufrió ayer su mayor caída diaria desde 2013, y mantiene la tendencia bajista durante la jornada de hoy, en un movimiento que refleja la toma de ganancias de los inversionistas y un ajuste técnico tras meses de fuertes alzas.

En la sesión actual, el metal se transa en torno a US$ 4.034 la onza troy, lo que representa un descenso de 2,33% respecto al cierre previo.

Pérdida acumulada y rendimiento anual

En los últimos cinco días hábiles, la onza de oro acumula una caída de 7,18%, aunque el balance anual continúa siendo ampliamente positivo. Desde enero, el metal anota un incremento de 53,39%, consolidándose como uno de los activos financieros más rentables de 2025.

El fuerte avance de las últimas semanas llevó al oro a superar los US$ 4.371 por onza, impulsado por el aumento de la demanda de activos refugio, la debilidad del dólar y las expectativas de un eventual recorte de tasas en Estados Unidos.

Proyecciones y análisis del mercado

Pese a la corrección reciente, las perspectivas de mediano plazo se mantienen favorables, según diversos analistas. El banco suizo Julius Baer reiteró que es “mucho más probable” una consolidación que una corrección profunda, destacando que los fundamentos siguen siendo sólidos, tanto para el oro como para la plata.

“Dicho esto, parece que se ha exagerado el debate sobre el oro y la plata como ‘operaciones de devaluación’, lo que ha alimentado un repunte basado mucho más en esperanzas que en realidades, al menos por ahora. La venta masiva debería abrir otra oportunidad de compra”, sostuvo la institución.

Contexto global

El repunte del oro durante el año ha estado marcado por la incertidumbre geopolítica, la persistencia de la inflación global y los movimientos de los bancos centrales hacia mayores reservas del metal. Sin embargo, el reciente ajuste refleja una pausa natural tras el fuerte impulso especulativo que elevó los precios a niveles sin precedentes.

Los analistas coinciden en que el soporte técnico clave se ubica en torno a los US$ 4.000 por onza, nivel que podría servir de punto de rebote si el apetito por activos refugio se mantiene ante un entorno macroeconómico volátil.

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