Por Cristian Recabarren Ortiz – Editor de Revista Digital Minera REDIMIN
La primera mitad de 2025 ha dejado en evidencia el contraste entre la solidez de los grandes actores privados de la minería chilena y los desafíos que enfrentan tanto Codelco como CAP en su reconversión. Lo que vemos es un sector en plena transición, donde el cobre sigue siendo la columna vertebral de la economía nacional, mientras el hierro y el acero luchan por encontrar un nuevo equilibrio en un mercado global volátil.
Antofagasta Minerals: consolidación en la era del cobre verde
Antofagasta Minerals ha entregado quizás los resultados más sólidos del semestre. Con ingresos por US$ 3.799 millones y un EBITDA de US$ 2.234 millones —un salto del 60% respecto al año pasado—, la compañía demuestra que su estrategia de disciplina operativa y control de costos la posiciona en la élite mundial del cobre.
El proyecto de expansión en Centinela y la ampliación de la desaladora en Los Pelambres no son solo inversiones de crecimiento, son apuestas de largo plazo que muestran cómo la empresa entiende que la minería del futuro no será solo más producción, sino también mayor resiliencia hídrica y social. Con un margen de 58,8% —el más alto desde 2021—, Antofagasta se convierte en un referente de eficiencia y rentabilidad en el cobre.
La compañía proyecta un crecimiento de producción de 30% en el mediano plazo. El agua es el cuello de botella de la minería en Chile, y al invertir en desalación no solo garantiza continuidad operativa, sino que fortalece la licencia social para operar. Esto posiciona a Antofagasta como uno de los actores mejor preparados para sostener la minería en zonas de escasez hídrica. En un escenario global de electrificación acelerada, podría transformarse en un proveedor estratégico de cobre bajo estándares de bajo riesgo hídrico y social.
CAP: el hierro en transición y el dilema de Huachipato
Los resultados del primer semestre dejan luces y sombras. La pérdida de US$ 56 millones es un golpe duro, aunque mucho menor a la del año pasado, cuando Huachipato arrastró las cifras con un deterioro histórico.
La compañía muestra un repunte en su segmento industrial, mientras la minería del hierro enfrenta un escenario adverso: caída de 80% en EBITDA en el trimestre, menores precios y costos en aumento. La suspensión indefinida de la Fase 5 en Mina Los Colorados marca un hito complejo y obliga a repensar la hoja de ruta.
Los focos de CAP hacia el futuro deberían estar en tres frentes: minería de hierro más eficiente con un plan de ahorro de hasta US$ 100 millones en CMP, transición energética y sustentabilidad con desalación y energías renovables, y diversificación hacia tierras raras y materiales críticos mediante alianzas internacionales.
CAP está en una encrucijada: puede seguir siendo un actor secundario en hierro, o transformarse en un pionero en la industria de minerales críticos en Sudamérica.
BHP: récords que consolidan a Chile en el mapa global
BHP ha marcado un hito con su récord de más de 2 millones de toneladas de cobre producidas a nivel global, con Escondida alcanzando su mayor nivel en 17 años y Spence entregando cifras históricas.
Esto confirma que Chile sigue siendo pieza clave en el suministro mundial de cobre y que la gran minería con capital transnacional está logrando capturar eficiencias a gran escala. Que Escondida esté en el punto más alto de su producción en casi dos décadas refuerza la relevancia de este activo no solo para BHP, sino para la estabilidad de los mercados internacionales.
La producción récord de cobre se traduce en más materia prima para autos eléctricos, infraestructura de energías renovables y expansión de redes eléctricas inteligentes. La incorporación de buques duales a amoníaco y acuerdos de reducción de emisiones en la cadena logística refuerzan la idea de que los grandes inversionistas priorizarán compañías capaces de demostrar reducciones reales en huella de carbono. Mantener a Escondida como un activo estratégico asegura que Chile siga en el radar de gobiernos y empresas que dependen del cobre para su seguridad energética.
Codelco: el desafío de reinventarse bajo presión
Los ingresos de Codelco siguen siendo monumentales, alcanzando US$ 8.760 millones en el semestre, pero las utilidades de apenas US$ 117 millones dejan claro que el modelo financiero de la estatal está bajo un estrés enorme. El endeudamiento sobre US$ 40.000 millones limita el margen de maniobra y amenaza su capacidad de reinversión.
Si Codelco no logra concretar sus proyectos estructurales en plazo y presupuesto, el impacto será profundo. En la economía nacional, un descenso sostenido en sus márgenes podría tensionar el balance fiscal y abrir debates sobre su modelo de financiamiento. En la competitividad global, mientras privados amplían producción con costos decrecientes, Codelco arriesga quedar rezagado. En su rol estratégico, la minera estatal siempre ha sido vista como garante de soberanía sobre el cobre, pero perder eficiencia frente a privados podría abrir un debate político sobre nuevos modelos de participación mixta o alianzas con capital extranjero en proyectos clave.
Perspectiva general
El primer semestre de 2025 muestra un fuerte contraste en la minería chilena. Antofagasta Minerals y BHP marcan récords de producción y rentabilidad, consolidándose como líderes globales. Codelco, pese a mantener ingresos sólidos, enfrenta una presión financiera que limita su capacidad de reinversión, mientras CAP busca reinventarse en un mercado desafiante para el hierro.
La minería chilena no solo sigue siendo el motor de la economía, sino que está en un punto de inflexión. Antofagasta avanza hacia un modelo resiliente en agua y costos que la hace referente global. BHP reafirma a Chile como epicentro estratégico en la cadena de suministro del cobre verde. CAP debe redefinirse si quiere sobrevivir a un mercado de hierro deprimido y transformarse en un actor en minerales críticos. Codelco enfrenta la prueba más grande de su historia: demostrar que puede seguir siendo competitivo y rentable en un escenario donde los privados muestran mayor dinamismo.
Los impactos futuros son claros. Si Antofagasta y BHP siguen expandiéndose con disciplina y sustentabilidad, consolidarán a Chile como líder mundial en cobre limpio. Si CAP logra reconvertirse hacia materiales críticos, podría abrir un nuevo capítulo para la minería no metálica en Sudamérica. Y si Codelco no logra modernizarse, Chile corre el riesgo de perder competitividad frente a actores privados, afectando directamente los ingresos fiscales y el posicionamiento del país en la transición energética global.
El 2025 marca así un punto de quiebre: el futuro de la minería chilena dependerá de cómo estas empresas ejecuten sus proyectos y de qué tan rápido logren adaptarse a un mundo que exige más cobre, más sustentabilidad y más eficiencia.