El magnate inversor Warren Buffett afirmó que el verdadero desafío está en saber encontrar el momento para comprar a la baja. Con un mercado que no deja de fluctuar, esta recomendación puede resultar especialmente difícil. Actualmente, los expertos sostienen que la mejor estrategia para invertir en litio, a menudo referido como ‘el oro blanco’, es a través de un fondo cotizado, o ETF.
Global X Lithium & Battery Tech ETF (LIT), con una gestión de 4,600 millones de dólares en activos, es uno de los más grandes en su campo. Siguiendo al Solactive Global Lithium Index, este fondo maneja alrededor de 40 activos y empresas con exposición al litio.
Alternativamente, Amplify Lithium & Battery Technology ETF (BATT) gestiona casi 200 millones de dólares en activos. Este fondo sigue al índice Lithium & Battery Technology, que incluye en su cartera a aproximadamente 88 activos, contando entre ellos a grandes nombres como Tesla, BHP GROUP de Australia -uno de los principales productores de litio en el mundo-, y las firmas chinas Contemporary Amperex Technology y Ganfeng Lithium.
Por otro lado, el fondo VanEck Vectors Rare Earth/Strategic Metals ETF (REMX) tiene exposición al litio a través del índice MVIS Global Rare Earth/Strategic Metals. Este índice incluye una variedad de activos y empresas que se cotizan en la bolsa y explotan metales no convencionales o estratégicos, como el litio.
La necesidad de buscar alternativas a los combustibles fósiles ha puesto en alza la demanda de litio, con un crecimiento que no parece detenerse. De hecho, se estima que la producción de litio en este año sea casi un tercio mayor a la de 2021, llegando a las 636,000 toneladas de carbonato de litio equivalente según S&P Global Market Intelligence.
Sin embargo, como todo commodity, el precio del litio está sujeto a fluctuaciones e incertidumbre. Recientemente, ha perdido impulso debido a nuevas restricciones y cierres impuestos por el gobierno de China en su lucha contra la COVID-19, paralizando actividades económicas de ciudades tan relevantes como Shanghai. Esta situación afectó a productores de autos y consumidores de litio como Tesla, Toyota, Volkswagen, entre otros, quienes cerraron fábricas durante varias semanas entre marzo y abril, lo cual tuvo un impacto significativo en el precio del metal.