Niña Costera: ¿Qué Cambios Climáticos Esperar?

En medio de la transición climática, se proyecta un semestre con más lluvias, pero con el riesgo latente de sequía.

La escena climática de Chile está a punto de experimentar una notable transformación con la anticipada llegada de La Niña costera en la segunda mitad de 2024. Este cambio no solo pone fin al fenómeno de El Niño, sino que también trae consigo una serie de consecuencias ambientales y climáticas que podrían redefinir los patrones habituales de precipitación y temperatura en el país, especialmente en la zona central. La comunidad científica, alerta ante estos cambios, analiza los posibles escenarios y sus impactos en la agricultura, el abastecimiento de agua y la biodiversidad local.

Niña Costera: ¿Qué Cambios Climáticos Esperar?
Niña Costera: ¿Qué Cambios Climáticos Esperar?

Entendiendo La Niña Costera

Un fenómeno climático con implicancias locales y globales.

La Niña costera se diferencia de su contraparte global por su ubicación y efecto directo en las costas sudamericanas. Originándose en el Océano Pacífico ecuatorial, cerca de Sudamérica, este fenómeno se caracteriza por un enfriamiento anómalo que puede tener repercusiones significativas en el clima de Chile. Raúl Cordero, climatólogo de la USACH, detalla que aunque existe una correlación entre La Niña global y la costera, sus manifestaciones pueden ser distintas y suceder en tiempos diferentes. Este año, la expectativa gira en torno al impacto de La Niña costera, con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) anticipando sus efectos a partir de la segunda mitad del año.

Consecuencias Climatológicas en el País

Desafíos y oportunidades frente a los cambios proyectados.

El principal reto que presenta La Niña costera es la posibilidad de sequías, especialmente en la zona central de Chile. Estas condiciones se han vinculado históricamente con períodos de escasez hídrica que han marcado al país, afectando no solo su ecosistema, sino también su economía. El climatólogo Raúl Cordero enfatiza que la rapidez con que se instaure La Niña será determinante para entender el alcance de estos efectos. Paralelamente, se prevé un invierno 2024 más lluvioso que lo normal, una noticia alentadora para las reservas acuíferas del país. Miguel Fernández, meteorólogo de la Fundación Huinay PUCV-Enel, sugiere que las precipitaciones podrían superar los promedios anuales, ofreciendo un respiro frente a la sequía. Sin embargo, el panorama para el verano de 2025 incluye temperaturas más bajas y un clima generalmente más seco.

Preparativos y adaptación son clave

Frente a este escenario, el enfoque está en cómo Chile puede prepararse y adaptarse a los cambios venideros. Las autoridades y comunidades deben considerar estrategias de conservación de agua, así como planes de contingencia para la agricultura y la gestión de recursos naturales. La anticipación y la respuesta a estos fenómenos climáticos no solo mitigarán sus efectos negativos sino que también pueden abrir caminos hacia una gestión ambiental más sostenible y resiliente.

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