El último semestre ha dejado en evidencia que la minería chilena se encuentra en un punto de inflexión. Ocho compañías —Codelco, Antofagasta Minerals, Anglo American, Teck, SQM, CAP, ENAMI y ENAP— publicaron resultados financieros que no solo permiten medir la salud de sus operaciones, sino también anticipar el impacto que tendrán sus decisiones de inversión en la economía nacional. Más allá de cifras de ventas o utilidades, lo que está en juego es la continuidad de proyectos estratégicos, la estabilidad de miles de empleos y la capacidad del país para sostener un papel protagónico en la transición energética global.
Codelco y la magnitud de su cartera estructural
La estatal cerró el semestre con ingresos por US$8.760 millones y un flujo operativo que permitió sostener un ambicioso plan de inversiones. Más de US$2.300 millones se destinaron a compras de propiedades, planta y equipo, reflejando la magnitud de la cartera estructural que incluye Chuquicamata Subterránea, Andina y Rajo Inca.

Para financiar este esfuerzo, la empresa recurrió a créditos y bonos por US$1.700 millones, mostrando flexibilidad para mantener el ritmo de ejecución. La deuda, diversificada entre tasas fijas y variables, quedó expuesta a riesgos controlados, lo que asegura estabilidad en un contexto de volatilidad. El capex de Codelco trasciende lo financiero: implica miles de empleos directos e indirectos, contratos con proveedores locales y continuidad en la producción de cobre, un recurso clave para la transición energética global.
Antofagasta Minerals y la apuesta por el agua de mar
Antofagasta plc registró ventas por US$3.610 millones y producción de 352 mil toneladas de cobre, manteniendo su guía anual de 670 a 710 mil toneladas pese a fenómenos climáticos adversos. Su estrategia se centra en proyectos de gran impacto: la ampliación de la planta desalinizadora en Los Pelambres y el nuevo trazado del concentraducto permitirán asegurar agua para la operación y para comunidades cercanas, mientras que Centinela, con su segunda concentradora, generará uno de los mayores polos de empleo calificado en la Región de Antofagasta. En paralelo, Zaldívar busca extender su vida útil hasta 2051 a través de permisos ambientales, lo que significa continuidad laboral y estabilidad para una zona altamente dependiente de la minería.
Anglo American frente al desafío hídrico
Los resultados de Anglo American evidencian un contraste: buenas leyes en Los Bronces y aportes estables desde Collahuasi, pero con restricciones de agua que presionan la producción. La compañía reafirmó su meta global de 730 a 790 mil toneladas de cobre para 2025, con costos unitarios entre 160 y 180 c/lb. Sin embargo, su principal desafío en Chile está en la infraestructura hídrica: proyectos de recirculación y potenciales plantas desalinizadoras definirán si los planes de inversión avanzan a tiempo. La disponibilidad de agua será el factor decisivo para asegurar continuidad laboral y estabilidad en las regiones de Valparaíso y Metropolitana, donde se proyectan obras que podrían generar miles de puestos de trabajo vinculados a la ingeniería, construcción y operación de sistemas de abastecimiento hídrico.
Teck y la contingencia en Quebrada Blanca
El semestre trajo un ajuste en las proyecciones de Teck. Una falla en el shiploader de Quebrada Blanca redujo embarques durante dos meses, obligando a recortar la meta anual a 475–525 mil toneladas de cobre. En Carmen de Andacollo, el reinicio del molino SAG apuntala la normalización de operaciones. Aunque el largo plazo sigue proyectando una producción estabilizada en 240–250 kt/año en QB, el corto plazo mostró la fragilidad de la cadena logística. Para proveedores y trabajadores de Tarapacá y Coquimbo, esto significa una etapa de cautela, marcada por disciplina operativa y programaciones más estrictas en mantenimiento y transporte portuario. Una vez estabilizada, Quebrada Blanca se convertirá en una de las minas más relevantes del país, con impacto directo en empleo y recaudación en Tarapacá.
SQM: litio con precios bajos pero inversiones altas
Los ingresos de US$1.206 millones y utilidades por US$170,7 millones reflejan el impacto de los precios deprimidos del litio en SQM. No obstante, la compañía ratificó un plan de inversiones de US$1.300 millones para 2025, orientado principalmente al Salar de Atacama. La alianza público-privada que regula sus operaciones le da estabilidad para sostener esta estrategia en un contexto de volatilidad. El impacto territorial es evidente: en la Región de Antofagasta, donde se concentran sus operaciones, se generan miles de empleos directos y una fuerte demanda de servicios especializados en transporte, química y energía. La continuidad de estas inversiones consolida a Chile como centro estratégico de la electromovilidad y almacenamiento energético, sectores que arrastran encadenamientos industriales hacia manufacturas y tecnología aplicada.
CAP y el repunte del hierro
La Compañía de Acero del Pacífico sorprendió con un EBITDA de US$325 millones (+68% interanual) y utilidades por US$222 millones en el segundo trimestre. La mejora en envíos de pellets y multas se traduce en un respiro para CMP y en mayor capacidad de sostener proyectos de continuidad operacional. Estos recursos permitirán reforzar infraestructura crítica, acelerar mantenimientos mayores y sostener contratos que emplean a miles de trabajadores en Atacama y Coquimbo. Además, un CAP financieramente sólido fortalece la diversificación de la minería chilena más allá del cobre, ampliando el ecosistema de proveedores metalmecánicos y navieros que orbitan en torno a la exportación de hierro.
ENAMI como sostén de la pequeña minería
Con utilidades por US$16,9 millones y un capital de trabajo reforzado por una inyección estatal, ENAMI consolida su función de sostén de la pequeña y mediana minería. Aunque la Fundición Paipote está temporalmente detenida, la estatal mantiene sus operaciones de compra de concentrados, asegurando liquidez a miles de pequeños productores. Su estabilidad es vital para economías locales en Atacama y Coquimbo, donde la continuidad de pagos determina la capacidad de invertir en seguridad, equipos y exploración. El impacto trasciende las cifras: mantener activa a la pequeña minería es mantener vivo un eslabón social y productivo del sector.
ENAP y el telón energético
Los ingresos por US$4.395 millones y la utilidad operacional de US$485,1 millones de ENAP no solo son relevantes para el sector energético. Una empresa estatal sólida en refinación y distribución significa menores riesgos en abastecimiento de combustibles, lo que reduce presiones sobre los costos logísticos de la minería. Desde Antofagasta hasta Magallanes, la estabilidad de ENAP respalda el transporte de insumos, la continuidad de embarques y la llegada de repuestos críticos. Su influencia, aunque indirecta, condiciona la competitividad del sector minero al asegurar un telón energético estable.
El panorama hacia 2027: impacto regional y proyección de desarrollo
El futuro inmediato de la minería chilena estará marcado por un mapa de proyectos que impactará de manera diferenciada a las regiones. En Antofagasta, la expansión de Centinela y el impulso del litio en el Salar de Atacama se traducirán en la creación de miles de empleos calificados y una demanda creciente por servicios industriales, consolidando a la región como el epicentro de la transición energética. En Coquimbo, las operaciones de CAP y Carmen de Andacollo apuntalarán el empleo en construcción, mantenimiento y metalmecánica, con un efecto multiplicador sobre la economía local. En Tarapacá, la estabilización de Quebrada Blanca transformará a la región en un polo de exportación de cobre a gran escala, con impactos en logística portuaria y recaudación fiscal.
Más al sur, Atacama vivirá un doble impulso: por un lado, la continuidad de proyectos de hierro de CMP y, por otro, el papel de ENAMI en sostener a pequeños productores. Estas dinámicas fomentarán encadenamientos en transporte, servicios técnicos y desarrollo de infraestructura. En la Región Metropolitana y Valparaíso, las operaciones de Los Bronces estarán condicionadas por la gestión hídrica, lo que traerá inversiones en desalación y recirculación que, además de garantizar la operación minera, podrían derivar en soluciones compartidas para consumo humano e industrial.
Región | Proyectos clave | Empresas involucradas | Impacto estimado en empleo y desarrollo |
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Antofagasta | Centinela II, Zaldívar (extensión), Litio en Atacama | Antofagasta Minerals, SQM | Miles de empleos directos e indirectos; foco en electromovilidad y transición energética |
Tarapacá | Ramp-up Quebrada Blanca | Teck | Polo exportador; impacto en logística portuaria y regalías regionales |
Atacama | Hierro CMP, apoyo PYMEs | CAP, ENAMI | Expansión de encadenamientos metalmecánicos; fomento a pequeña minería |
Coquimbo | Carmen de Andacollo, CMP | Teck, CAP | Empleo en construcción y mantenimiento; impulso a servicios metalmecánicos |
RM/Valparaíso | Los Bronces (optimización hídrica) | Anglo American | Potenciales plantas de desalación; empleo en ingeniería, construcción y operación hídrica |
Magallanes/Biobío | Suministro energético y refinación | ENAP | Seguridad logística y energética; estabilidad para faenas mineras |
En total, los proyectos en marcha y en evaluación podrían generar más de 30.000 empleos directos y cerca de 100.000 indirectos durante su etapa de construcción y puesta en marcha. La recaudación fiscal también crecerá: con precios del cobre estabilizados y un litio en recuperación, las arcas fiscales regionales y nacionales recibirán miles de millones de dólares adicionales. El impacto industrial será igualmente profundo: desde nuevas plantas desalinizadoras hasta ampliaciones de fundiciones y expansión de servicios portuarios, lo que configurará una economía más diversificada.
Empresa | Ingresos (US$ millones) | Utilidad neta (US$ millones) | Producción/Volumen relevante | Capex o inversiones clave | Comentarios destacados |
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Codelco | 8.760 | N/D | Producción cobre estable | 2.347 en PPE; cartera estructural | Alta inversión financiada con deuda |
Antofagasta Minerals | 3.610 | N/D | 352 kt cobre (guía 670–710 kt) | Desaladora, concentraducto, Centinela II | Enfocado en resiliencia hídrica |
Anglo American | N/D | N/D | 730–790 kt cobre (guía grupo) | Inversión en recirculación y agua | Restricciones hídricas en RM y V Región |
Teck | N/D | N/D | QB: 475–525 kt cobre (guía recortada) | Reinicio SAG Andacollo; ramp-up QB | Falla shiploader retrasó exportaciones |
SQM | 1.206 | 170,7 | Producción litio en Atacama | 1.300 (2025, Salar de Atacama) | Impacto por precios bajos |
CAP | N/D | 222 | Envíos de pellets y multas | Proyectos de continuidad CMP | EBITDA +68% interanual |
ENAMI | 726,3 | 16,9 | Compras de concentrados | Bono inscrito 300; capital 25 | Paipote en pausa; apoyo PYMEs |
ENAP | 4.395 | N/D (utilidad operacional: 485,1) | Suministro energético | Capital emitido 2.238 | Sostén logístico y energético |
Chile, en definitiva, no solo continuará siendo un actor central en el mercado global de minerales, sino que también utilizará la minería como palanca de desarrollo regional. La combinación de cobre, litio y hierro, sumada a una infraestructura energética más estable, dibuja un panorama en el que la minería seguirá siendo motor de empleo, innovación tecnológica y crecimiento económico sostenible hacia 2027.