Rio Tinto busca simplificar su negocio con ventas de activos no esenciales

Rio Tinto busca simplificar su negocio con ventas de activos no esenciales

Rio Tinto busca simplificar su estructura con una estrategia enfocada en la venta de activos por hasta US$10.000 millones.

Plan de transformación y simplificación

El director ejecutivo de Rio Tinto, Simon Trott, ha presentado un ambicioso plan estratégico que busca generar entre US$5.000 millones y US$10.000 millones a través de desinversiones y mejoras en la productividad. Este plan, según Trott, está diseñado para convertir a Rio Tinto en el minero «más valorado del mundo» y hacer de la empresa una operación «más fuerte, más aguda y más simple». La estrategia implica enfocar el portafolio de la empresa en hierro, cobre, aluminio y litio, además de aplicar una disciplina más rigurosa en el manejo de capital.

Trott identificó unidades no esenciales como el dióxido de titanio y boratos, que serán vendidas o gestionadas bajo nuevos modelos de propiedad o asociación. Este esfuerzo se enmarca dentro de un contexto global de consolidación y adaptación a ciclos cambiantes de las materias primas. En este sentido, empresas como Glencore y Vale ya han tomado medidas similares, mientras que Rio busca cerrar brechas en rendimiento frente a competidores como BHP.

  • Reducción de costos operativos en un 4% para 2030.
  • Venta de activos no esenciales, incluyendo infraestructura y procesamientos.
  • Proyección de menor CAPEX de menos de US$10.000 millones anuales desde 2028.

Producción de cobre y proyectos clave

Rio Tinto elevó su proyección de producción de cobre para 2025, estimando un aumento de hasta un 3% respecto a las cifras previas, impulsado por un fuerte desempeño en la mina Oyu Tolgoi, en Mongolia. Asimismo, se espera que la producción de cobre en 2023 alcance entre 860.000 y 875.000 toneladas, superando el rango previo de 780.000 a 850.000 toneladas. La empresa mantiene como objetivo estratégico alcanzar una producción anual de 1 millón de toneladas de cobre para 2030, alineándose con la creciente demanda impulsada por la transición hacia tecnologías energéticas más limpias.

Por otro lado, el ambicioso proyecto de Simandou, en Guinea, ha comenzado a enviar mineral, aunque la rampa inicial de producción será más lenta de lo esperado, con proyecciones de entre 5 y 10 millones de toneladas para 2026. Estos números quedan por debajo de las estimaciones previas de 19 millones de toneladas, según analistas.

  • Incremento del 50% en la producción de cobre para 2023 en Oyu Tolgoi.
  • Proyección de entre 323 y 338 millones de toneladas de hierro en Australia para 2026.
  • La producción de bauxita superará las expectativas, mientras que la de hierro canadiense será menor.

Desafíos y ajustes en inversiones

La estrategia de transformación de Rio Tinto también incluye ajustes en el gasto destinado a la descarbonización, reduciendo sus inversiones a entre US$1.000 millones y US$2.000 millones hasta 2030, frente a un objetivo inicial de entre US$5.000 millones y US$6.000 millones. Trott enfatizó que cualquier proyecto, incluido el de nuevos desarrollos de litio, solo avanzará si está respaldado por mercados favorables y un retorno financiero sólido.

Los esfuerzos por simplificar la estructura interna de la empresa ya han arrojado resultados, con un ahorro estimado de US$650 millones gracias a la pausa de proyectos como BioIron y Jadar, en Serbia. En el ámbito financiero, Rio trabajará junto a su principal accionista, Chinalco, para resolver restricciones en materia de gobernanza y agilizar la recompra de acciones. Estas decisiones se suman al contexto de una recuperación del precio del mineral de hierro, que ha impulsado un aumento del 36% en el valor de las acciones de Rio desde junio pasado.

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