Teck inaugura instalaciones desde donde operará Quebrada Blanca II de manera remota

La minera canadiense dio el vamos al Centro Integrado de Operaciones, el cual desde Santiago va a monitorear 24/7 la ejecución de la iniciativa en Tarapacá.

A toda máquina avanza por estos días la construcción del megaproyecto Quebrada Blanca fase II, perteneciente a la compañía canadiense Teck y avaluado en más de US$ 5.000 millones. Pero el proyecto no solo se despliega en la Región de Tarapacá, donde está la faena, sino también en Santiago. La semana pasada, la compañía inauguró unas modernas oficinas en avenida Alonso de Córdova, en donde además estará ubicado el Centro Integrado de Operaciones.

Este permitirá monitorear la cadena productiva completa de la operación, sin barreras geográficas, a través de un amplio soporte de conectividad y un control de procesos integrado de Mina a Puerto, para obtener datos operacionales en tiempo real del yacimiento, ubicado a 1.700 kilómetros y a 4.400 metros sobre el nivel del mar. La ceremonia fue encabezada por el presidente y CEO de la firma canadiense, Don Lindsay.

“Con el proyecto se puede monitorear en tiempo real la producción y el suministro de energía, lo que también disminuye la exposición y el riesgo que conlleva tener a mucha gente. También promueve el desarrollo de la sustentabilidad, porque reducirá las emisiones y se utilizarán mejor los recursos. Esto es importante por nuestro compromiso con la sustentabilidad y el cambio climático, y de lograr la carbono neutralidad para el 2050”, sostuvo Lindsay desde Canadá.

En esa línea, el proyecto fue destacado por el biministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, quien señaló que Quebrada Blanca II “es un símbolo para la minería del futuro, incorporando la innovación y la tecnología a través de la digitalización, automatización y la administración de datos, para ser más competitiva y aprovechar el enorme potencial de la minería del cobre para contribuir a la descarbonización y hacer una industria más sustentable”.

Por su parte, el ministro de Economía, Lucas Palacios, destacó el uso de agua desalada en el proyecto y anunció un plan para agilizar la masificación de este tipo de iniciativas a lo largo del país, pero, además, lamentó la cantidad de permisos que tuvo que completar la canadiense Teck para impulsar la iniciativa.

Chile tiene el triste récord de ser el país más complicado para tramitar permisos de inversión de toda la OCDE. En promedio, un proyecto requiere de 147 permisos, y en proyectos mineros del tamaño de QB II, hemos llegado a un nivel cercano a los 3 mil permisos. Además, es muy lento, el promedio de la OCDE es 4,5 años, nosotros nos demoramos 8 años, por lo que tenemos que seguir trabajando”, señaló.

A la fecha, la iniciativa completa más de un 40% de avance, y tras superar las restricciones sanitarias impuestas a causa de la pandemia, hoy se encuentran trabajando en la faena unos 9.000 trabajadores. Según informó Teck en su última entrega de resultados, a raíz del efecto de la pandemia, elevó en US$ 50 millones el sobrecosto estimado en las obras del proyecto, el que alcanzaría entre US$ 450 y US$ 500 millones al presupuesto inicial de más de US$ 5.000 millones, así como un retraso de unos seis meses producto del tiempo que estuvo detenido.

Con todo, se espera que la primera producción se realice en la segunda mitad de 2022, aunque dependiendo de la evolución de la pandemia.

Fuente: El Mercurio

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