El cobre entra en una era de escasez estructural ante el auge de la electrificación global

Por:
Cristian Recabarren Ortiz
Editor Senior Revista Digital Minera
Fundador y Editor de Revista Digital Minera, Ingeniero de Minas apasionado por la Tecnología e Innovación.
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BloombergNEF advierte que, a partir de 2026, el mercado enfrentará déficits persistentes si no se acelera la inversión, el reciclaje y la tramitación de nuevos proyectos

El mercado mundial del cobre se encamina hacia un déficit estructural a partir de 2026, impulsado por una demanda asociada a la electrificación que crece con mayor rapidez que la oferta disponible. Así lo concluye el informe Transition Metals Outlook 2025, elaborado por BloombergNEF, que identifica al cobre como el metal de transición más presionado en el corto y mediano plazo, en un contexto donde la geopolítica y la seguridad de suministro se han convertido en factores decisivos.

De acuerdo con el estudio, la demanda de cobre vinculada a la transición energética —centros de datos, redes eléctricas y vehículos eléctricos— se triplicará hacia 2045. Esta dinámica empuja al mercado hacia un déficit persistente si no se produce un aumento sustantivo de la inversión minera y del reciclaje. BloombergNEF estima que, de no incorporarse nuevas minas ni mejoras relevantes en la recolección de chatarra, el déficit acumulado podría alcanzar hasta 19 millones de toneladas hacia 2050.

Kwasi Ampofo, responsable de Metales y Minería de BloombergNEF, señaló que el desequilibrio responde tanto al aumento sostenido de la demanda como a la lenta incorporación de nueva capacidad productiva. “El cobre enfrenta una incorporación de proyectos particularmente lenta en un momento en que el consumo se acelera”, explicó, subrayando que se trata de una presión estructural y no coyuntural.

Las restricciones de oferta ya son visibles en importantes distritos mineros. Interrupciones operacionales y retrasos en permisos en países como Chile, Perú e Indonesia han contribuido a estrechar el mercado. A ello se suma un entorno regulatorio más exigente y plazos de desarrollo cada vez más largos para nuevos yacimientos, lo que limita la capacidad de respuesta de la industria.

En el plano de precios, el cobre ha subido cerca de 35% en lo que va del año, encaminándose a su mayor alza anual desde 2009. Si bien BloombergNEF distingue entre la volatilidad de corto plazo y los fundamentos de largo plazo, el informe sostiene que las señales actuales reflejan una tendencia estructural. La firma enfatiza que poner en marcha nueva oferta durante esta década requerirá inversiones sostenidas, optimización de procesos de permisos y una expansión más decidida del reciclaje.

El escenario ha impulsado además un renovado ciclo de gasto de capital y consolidación en la industria. Grandes productores como BHP, Rio Tinto, Glencore, Anglo American, Vale y Zijin han intensificado fusiones y adquisiciones, lo que, según el informe, evidencia el creciente valor estratégico del cobre en la economía global.

En este contexto, BloombergNEF advierte que 2026 será un año clave para el mercado. Las señales de precios podrían definir si se desbloquea nueva oferta o si, por el contrario, la escasez induce sustitución tecnológica y ajustes en la demanda. La próxima escasez de cobre es estructural, sin exageración, y su gestión será determinante para el ritmo de la transición energética global.

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