El viejo continente busca romper la hegemonía de los actuales líderes del mercado mediante la apertura de megaproyectos mineros en Francia y tecnologías de extracción geotérmica en Alemania, apuntando a estándares de sostenibilidad más altos.
Europa ha iniciado una carrera contrarreloj para asegurar su soberanía energética. Ante la explosiva demanda de baterías para la electromovilidad, países como Francia y Alemania están impulsando proyectos locales de extracción y refinamiento de litio. El objetivo estratégico es claro: disminuir la dependencia de las importaciones que hoy provienen casi exclusivamente de Australia, Chile y China.
Actualmente, el 95% de la demanda mundial de este mineral es abastecida por estas tres regiones. Según datos de 2023, Australia lidera con 86.000 toneladas, seguido por Chile con más de 56.000 toneladas y China con 33.000. Sin embargo, proyecciones indican que para 2030 el mercado deberá crecer entre cinco y siete veces para satisfacer la transición energética.
El megaproyecto en el corazón de Francia
En la localidad de Beauvoir, en el Macizo Central francés, el grupo minero Imerys proyecta una de las minas de litio más grandes de Europa. El sitio, utilizado históricamente para extraer caolín desde 1850, esconde un yacimiento de granito rico en lepidolita, un mineral que contiene litio.
Las investigaciones geológicas estiman que en Beauvoir existen 375.000 toneladas de litio. La empresa planea:
- Iniciar la extracción a partir de 2030.
- Producir 10.000 toneladas al año durante al menos 25 años.
- Abastecer la fabricación de 700.000 baterías para autos eléctricos anualmente.
Esto cubriría entre el 30% y el 50% de la demanda francesa. A diferencia de las minas a cielo abierto tradicionales, el diseño contempla galerías subterráneas bajo la cantera actual para extraer la roca.
El desafío ambiental y la «huella» del transporte
La estrategia europea no solo responde a la seguridad del suministro, sino también a la sostenibilidad. Judith Pigneur, geoingeniera, advierte que en las minas convencionales, por cada tonelada de litio se generan entre 3 y 10 toneladas de residuos, los cuales pueden liberar sustancias tóxicas al ambiente al ser triturados.
Además, la cadena logística actual es ineficiente. El mineral extraído en Australia viaja a China para su procesamiento, transportando un 97% de desechos a través de miles de kilómetros. Europa busca eliminar estas largas rutas marítimas instalando refinerías locales.
En Alemania, la primera refinería de litio de Europa, ubicada en Bitterfeld-Wolfen, entró en funcionamiento a finales de 2024. Operada por AMG Lithium, la planta produce hidróxido de litio con una pureza del 99,6%, requisito indispensable para evitar fallos en las baterías.
Innovación en Alemania: Litio geotérmico
En la cuenca del Alto Rin, entre Frankfurt y Basilea, la empresa Vulcan Energy desarrolla un método de extracción directa mediante geotermia. A diferencia de los métodos de evaporación utilizados en los salares de Sudamérica —que demoran hasta 18 meses y consumen grandes cantidades de agua—, este proceso aprovecha el agua caliente bombeada desde 3 kilómetros de profundidad para generar energía y filtrar el litio.
Stephan Brand, director de la firma, detalla el proceso:
- El agua termal rica en litio (180 mg por litro) pasa por columnas con filtros específicos.
- El fluido restante se reinyecta al subsuelo mediante un segundo pozo para no diluir el yacimiento.
- La energía del proceso proviene de la misma planta geotérmica, reduciendo las emisiones de CO2.
Sin embargo, el proyecto enfrenta el desafío de la actividad sísmica. La empresa realiza estudios 3D del subsuelo para perforar en zonas de arenisca y evitar rocas profundas que podrían desencadenar temblores.
El rol del reciclaje y la «sobriedad» energética
A pesar de los esfuerzos mineros, el reciclaje se perfila como un complemento necesario, aunque no suficiente a corto plazo. La Unión Europea exigirá que, a partir de 2031, las nuevas baterías incluyan porcentajes obligatorios de litio reciclado.
En la planta de BASF en Schwarzheide, se trabaja en recuperar litio de la «masa negra» (baterías trituradas). Si bien el reciclaje permite ahorrar energía, expertos estiman que para 2035 solo cubrirá entre el 20% y el 30% de la demanda.
Desde la organización francesa Négawatt, plantean que la tecnología no bastará. Según sus estudios, para respetar los límites planetarios en 2050, la extracción mundial no debería superar las 500.000 toneladas anuales. Para lograrlo, proponen un cambio de hábitos:
- Fabricar vehículos eléctricos más pequeños.
- Fomentar el uso de trenes.
- Reducir la dependencia del automóvil individual.
Bajo este escenario de «sobriedad», Europa podría funcionar con 40.000 toneladas de litio anuales, la mitad de lo proyectado en un escenario de consumo convencional.

