Stellantis lidera la revolución del mercado automotriz con coches de hidrógeno

El desarrollo de nuevos motores impulsados por combustibles amigables con el medio ambiente se ha transformado en una de las prioridades tanto para industrias como para los gobiernos y organizaciones mundiales. Ahora, una empresa se pone al frente de esta cruzada con una iniciativa con la que pretenden abarcar hasta un 40% del mercado fabricando coches de hidrógeno.

El combustible del futuro ya está aquí

La empresa Stellantis, un conglomerado europeo-americano que ya cuenta con 350 coches cero emisiones fabricados en sus plantas, es la empresa que se pone al frente de un ambicioso proyecto para cambiar el mercado automotriz. Su compromiso con el cuidado del medio ambiente les ha permitido posicionarse como un gigante del sector a nivel mundial.

Actualmente, la planta de producción ha provisto, entre otros países, a México con la primera pick-up con motor de celdas de combustible para un modelo RAM 5500 que podría impulsar la sustentabilidad en los grandes motores. Estos coches de hidrógeno se fabricarán en el territorio y serán una variante del motor tradicional que promete acelerar el cambio hacia la movilidad verde en Latinoamérica.

¿Cuándo planean introducir sus motores de hidrógeno?

El objetivo de Stellantis es tener su planta polaca plenamente operativa para 2030, ofreciendo una alternativa de coches baratos con combustible renovable y ecológico que colmaría rápidamente el mercado. Con este proyecto, la compañía no sólo deja en claro su compromiso con la reducción de la huella de carbono, sino que podría convertirlo en un mercado redituable.

Los coches eléctricos que se producen en la actualidad presentan problemas en cuanto a los componentes esenciales de sus baterías y celdas de combustible, y resultan más costosos. El hidrógeno, en cambio, es un gas que abunda en todas las materias de nuestro planeta y que ofrece una gran potencia y autonomía, haciendo de esta una alternativa mucho más atractiva.

Los coches de hidrógeno son el futuro

El hidrógeno como combustible no sólo tiene potencial como reemplazo de los combustibles fósiles y de los motores eléctricos, sino que también facilita un cambio escalable hacia esta renovación.

Las plantas automotrices podrían adaptar progresivamente sus procesos de producción adaptando los motores de combustión interna para el uso de este gas noble. Se puede incluso producir motores híbridos que puedan desplazar gradualmente a la gasolina para evitar un impacto negativo en la economía de cada región.

Uno de los grandes inconvenientes de los coches sustentables es su producción a baja escala debido a su escasa capacidad de mercado. Con una capacidad de producción de estas dimensiones, los coches de hidrógeno podrían empezar los primeros pasos para su fabricación en masa, lo que reduciría los costes y harían más sencilla su implementación.

La posibilidad de vender coches de hidrógeno con motores híbridos implica que no se requerirá un cambio drástico en la comercialización del combustible, permitiendo la instalación progresiva de estaciones de servicio que poco a poco incorporen el hidrógeno. Se podría adaptar la infraestructura existente sin el inconveniente de, por ejemplo, incrementar el consumo eléctrico.

¿El fin de los coches eléctricos?

Hasta ahora, los fabricantes de coches se habían enfocado en los coches eléctricos para cumplir con las nuevas normativas de sustentabilidad que rigen en todo el mundo. Ahora, con desarrollos como este motor de hidrógeno que puede hasta impulsar un avión, parece quedar cada vez más claro que el hidrógeno será el combustible del futuro.

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