Histórica derrota de Jeannette Jara ante José Antonio Kast: razones del resultado

Por:
Cristian Recabarren Ortiz
Editor Senior Revista Digital Minera
Fundador y Editor de Revista Digital Minera, Ingeniero de Minas apasionado por la Tecnología e Innovación.
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La contundente derrota de la candidata Jeannette Jara, quien reconoció su fracaso electoral con un 41,3% frente al 58,61% obtenido por el presidente electo José Antonio Kast, ha marcado un hito en términos de debacle para las fuerzas de izquierda desde el retorno a la democracia. Aquí desglosamos las principales razones detrás de este resultado histórico, según los hechos y estrategias desplegadas durante la campaña.

La carga de ser candidata de continuidad

Uno de los mayores obstáculos para Jeannette Jara fue su identificación como la candidata de continuidad del gobierno de Gabriel Boric. Aunque intentó marcar distancia de la administración vigente destacando su propio estilo y prioridades, a menudo recurrió a críticas abiertas hacia políticas gubernamentales, como el manejo del caso Monsalve y las políticas de Vivienda. Esto le generó tensiones internas, incluyendo una disputa mediática con el ministro Carlos Montes. No obstante, esta estrategia de desmarque no alcanzó el impacto deseado, ya que la atención mediática quedó centrada en la confrontación entre Boric y Kast, relegando a Jara a un plano secundario.

Además, el gobierno de Boric impulsó indirectamente una narrativa en la que la elección era percibida como un plebiscito sobre su gestión, perjudicando la imagen de independencia que intentaba construir la candidata comunista. Este contexto contribuyó al debilitamiento de su campaña entre los votantes fuera de su base.

Limitaciones del relato y errores estratégicos

La estrategia inicial de Jara se centró en destacar sus atributos personales, como su estilo empático y sencilla trayectoria de vida. Esto la posicionó bien en las primarias, donde obtuvo un 60% de apoyo dentro del oficialismo. Sin embargo, esta narrativa resultó insuficiente para captar un sector más amplio del electorado, que incluía a votantes de centro y poco politizados. En la primera vuelta, logró apenas un 26,8% del voto, muy por debajo de lo esperado, dejando a su campaña con escaso margen para crecer en el balotaje.

La falta de claridad programática también jugó en su contra. Jara enfrentó severas críticas por declaraciones controversiales, como desestimar aspectos de su programa económico y negar propuestas previamente defendidas, lo que minó su credibilidad. Por ejemplo, afirmó que su programa no incluía la nacionalización del cobre, a pesar de que esta medida estaba explícitamente mencionada. A esto se sumaron modificaciones de última hora a iniciativas clave, como su salario vital de $750 mil pesos, que pasó a ser un ingreso complementado con bonos.

El peso del Partido Comunista y cambios en la agenda

La militancia histórica de Jara en el Partido Comunista (PC), de más de 35 años, fue utilizada constantemente en su contra. Aunque insistió en que su coalición era de centroizquierda y llegó incluso a ofrecer suspender su militancia en caso de ser electa, los vínculos con figuras del PC, como su secretario general Lautaro Carmona, y declaraciones polémicas de Daniel Jadue complicaron su intento de posicionarse como una opción moderada. Sus declaraciones contradictorias en un debate televisivo, al calificar a Maduro como dictador pero criticar a María Corina Machado como participante de intentonas golpistas, siguieron ampliando las dudas sobre su postura.

Adicionalmente, factores externos como el cambio en el panorama político tras el rechazo del proceso constitucional y la creciente percepción de temas críticos como la migración y la delincuencia inclinaron el escenario en favor del candidato de derecha. Esto, sumado a errores tácticos como declaraciones de su equipo que alienaron votantes clave, y la viralización de controversias, dificultó aún más cualquier posibilidad de remontada.

La campaña de Jeannette Jara se encontró atrapada entre la necesidad de marcar independencia frente al oficialismo y las limitaciones impuestas por el peso histórico del PC. La combinación de errores programáticos, fricciones internas y cambios contextuales generó una percepción de falta de cohesión y claridad en su campaña. Según el análisis de expertos, estos factores consolidaron la victoria de Kast y dejaron a las fuerzas de izquierda con el desafío de repensar su estrategia política de cara al futuro.

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