Desde 2019 a 2025, el ingreso que se requiere para adquirir una vivienda ha subido exponencialmente y llega casi al doble de lo que se exigía hace seis años atrás.
Entre octubre de 2019 y octubre de 2025, el ingreso por hogar solicitado para comprar una vivienda casi se duplicó. Para adquirir un inmueble de 2.500 UF, las entidades crediticias exigían hace seis años unos $885 mil, mientras que ahora piden una renta de $1,61 millones.
Son varios los factores que han contribuido a esta alza: el incremento de las tasas hipotecarias a partir de 2021, el alza de las UF en los últimos años y el encarecimiento de los precios de las viviendas. Por esto, hoy los requisitos económicos que están exigiendo las instituciones financieras a las personas que buscan casas o departamentos son mucho mayores.
Nicolás León, gerente de Estudios y Políticas Públicas de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) explica a El Mercurio que para una propiedad de 4.000 UF los compradores deben acreditar que sus ingresos rondan los $2,6 millones. Hace seis años atrás, en octubre esa cifra era de $1,41 millones. Estos valores, Los casos anteriores son considerando un pie del 20% del valor de la vivienda, con un plazo de crédito a 30 años y las condiciones de tasa y UF de 2019 y 2025.
“Pasar de 2% a 4% en la tasa de crédito hipotecario no es baladí”: El análisis de los expertos
“Estas son alzas en términos nominales; por lo tanto, hay una parte relevante que tiene que ver con la propia inflación que tuvimos muy fuerte en el país en ese tiempo. Esa inflación estuvo empujada por los excesos de liquidez, en parte por los retiros de fondos de pensiones, pero también por las ayudas estatales y las condiciones internacionales. Pasar de 2% a 4% en la tasa de crédito hipotecario no es baladí”, afirma Nicolás León.
El director del Centro de Estudios Inmobiliarios del ESE Business School, José Miguel Simian asegura que “efectivamente la inflación y la UF juegan un rol, pero después el papel más grande lo tiene la tasa. Uno podía financiarse hace un par de años a 2,5% y 3% y hoy estamos en 4,2% o 4,3%, sin considerar el subsidio de la tasa”.
Ese cambio en las condiciones financieras, explica Simian, es una de las explicaciones de la mayor exigencia de ingresos para adquirir una vivienda. A esto se suma que “los precios de las propiedades nuevas han seguido subiendo en los últimos años”.
Simian agrega que, además, hoy el 44% de las ventas que realizan las inmobiliarias es a inversionistas, que buscan propiedades para luego destinarlas a la renta. Este fenómeno ocurre porque “quienes pueden comprar hoy día son los ingresos más altos, de los deciles 9 y 10 que adquieren para inversión. A su vez, arriendan probablemente a otras personas que no pueden comprar, pero que alquilan”.

