Una operación minera en Chile logró aumentar su rentabilidad anual en US$12 millones mediante innovación en gestión del recurso hídrico.
Optimización hídrica: un modelo de rentabilidad en la minería
En un contexto de creciente escasez hídrica, una operación minera chilena implementó innovaciones tecnológicas y operativas que le permitieron incrementar en US$12 millones su rentabilidad anual. Este logro fue alcanzado gracias al trabajo conjunto con Nalco Water, empresa de Ecolab, que introdujo herramientas de monitoreo digital y modelamiento avanzado para optimizar el uso de agua de proceso y controlar problemas derivados de incrustaciones. Entre los beneficios obtenidos destacan mayor recirculación de agua, aumento en la producción de cobre y reducción significativa en costos de mantenimiento. «El agua no es solo un insumo; es un activo productivo», destaca Sergio Cepeda, líder de la División de Minería de Latinoamérica Sur en Ecolab.
El caso tiene especial relevancia dada la percepción de la minería como la industria de mayor consumo hídrico en Chile. En un país con alto estrés hídrico, esta experiencia demuestra que una gestión eficiente del agua no solo reduce impactos ambientales, sino que se convierte en una ventaja competitiva directa, al mejorar el desempeño financiero y la continuidad operativa de la faena. Lo más notable es que esta estrategia responde tanto a exigencias regulatorias como a la necesidad de adaptarse a la megasequía que afecta a la región.
- Mayor recirculación hídrica: 2.800 m³ de agua por hora.
- Aumento de producción: 3.140 toneladas de cobre anuales.
- Incremento de ingresos: US$8,5 millones.
- Ahorros en mantenimiento y químicos: US$4,5 millones.
Innovación tecnológica y sus resultados concretos
El proyecto, denominado CH2138, se enfocó específicamente en optimizar el uso del agua de proceso al atacar problemas de incrustaciones que afectaban líneas críticas de la operación. Para esto, se implementó el software Mining Optimizer, una herramienta que permite modelar el circuito hídrico y ubicar con precisión los puntos donde se forman depósitos sólidos que reducen la eficiencia operativa. Basándose en estos datos, la operación adoptó tres medidas clave: incorporar un segundo punto de dosificación para el tratamiento de incrustaciones, ajustar las mezclas de agua dentro del sistema y establecer un monitoreo digital en tiempo real para controlar desviaciones antes de que afecten la producción.
Los resultados fueron significativos: además de mejorar la continuidad operacional, la operación procesó más cobre con menores costos. La recirculación de agua también evitó extraer grandes volúmenes desde fuentes subterráneas, mostrando un impacto positivo no solo en términos operativos, sino también en términos ambientales. Según Ecolab, este enfoque generó una mayor estabilidad en los costos, al tiempo que disminuyó los riesgos asociados a interrupciones no programadas en la planta.
El desafío de las incrustaciones en la minería
En minería, el agua de proceso contiene altos niveles de sólidos y minerales que tienden a cristalizarse al cambiar de presión o temperatura, formando incrustaciones dentro de equipos y tuberías. Este fenómeno, aunque silencioso, tiene un impacto considerable, dado que reduce el flujo de agua, incrementa el consumo energético y obliga a paradas frecuentes para limpieza o mantenimiento. Según el informe, “una sola línea obstruida puede comprometer el rendimiento completo de una concentradora”. Por lo tanto, gestionar de forma eficiente estos desafíos no solo ayuda a cumplir con objetivos ambientales, sino que también se traduce en una operación más estable y rentable.
La experiencia de la operación minera CH2138 ofrece un modelo reproducible para otras faenas en Chile y en el mundo, al evidenciar que el agua gestionada inteligentemente no solo protege el medio ambiente, sino que actúa como un catalizador para el éxito económico en un sector donde cada recurso cuenta. En un entorno global marcado por el cambio climático, estrategias como esta podrían definir el estándar futuro para una minería sostenible y competitiva.

