La plata ha estado acercándose a la marca de los 30 dólares la onza, pero ¿podrá finalmente romper este nivel? ANZ ha revisado sus predicciones y ahora espera que la plata alcance los 31 dólares/oz. ¿Por qué esta vez podría ser diferente?
La plata sigue los pasos del oro
La plata ha seguido de cerca el precio récord del oro, superando los 29 dólares la onza esta semana. Gavin Wendt, analista de recursos, señala que normalmente la plata se pone al día después del oro, a medida que los inversores buscan un mayor apalancamiento de precios. Desde principios de 2024, la plata ha subido un 23% en comparación con el aumento del 16% del oro en dólares estadounidenses.
La proporción entre oro y plata
La proporción entre el oro y la plata es otro indicador interesante. En febrero de este año, la proporción llegó a alrededor de 90, pero actualmente se encuentra en poco más de 83. Una proporción alta puede significar que es un buen momento para comprar plata. Wendt explica que cuando la proporción es alta, los inversores pueden decidir comprar plata y tomar una posición corta en la misma cantidad de oro para cubrir sus apuestas en ambos metales.
La demanda de plata sigue siendo alta
La demanda de plata sigue siendo mayor que la oferta, especialmente debido a su doble propósito como metal precioso e industrial. La demanda en la producción de células solares ha llevado a un déficit físico en los últimos dos años. Se espera que este déficit se amplíe este año debido al fuerte crecimiento de la energía solar. Además, la plata ofrece un mayor apalancamiento que el oro para los inversores, tanto al alza como a la baja.
Los productores exclusivos necesitan un precio más alto
Los inversores interesados en la plata suelen optar por comprar el metal físico o invertir en ETFs. Los productores exclusivos de plata necesitan un precio más alto para ser rentables, ya que tienen costos operativos de alrededor de 25 dólares por onza. La exposición a la plata pura puede ser volátil debido a los cambios en el precio de la plata, por lo que muchos inversores prefieren las mineras más grandes que operan en México, Estados Unidos y Sudamérica.