El sector avanza hacia la carbono-neutralidad al 2050 mediante un nuevo acuerdo público-privado y la implementación de tecnologías para asegurar la continuidad operativa en faenas extremas.
La minería en Chile atraviesa un periodo de transformación profunda, impulsada por crecientes exigencias en sustentabilidad, eficiencia energética y continuidad operativa. Este escenario cobra especial relevancia en faenas ubicadas en zonas de gran altitud o expuestas a condiciones climáticas extremas.
En este contexto, la estabilidad del suministro eléctrico se ha posicionado como un elemento crítico. Su modernización es clave para prevenir detenciones productivas, proteger equipos estratégicos y cumplir con los estándares ambientales que exige la transición hacia una industria más limpia.
Acuerdo público-privado
La presión por actualizar la infraestructura coincide con la agenda climática del país. El pasado 6 de octubre, el Gobierno y las principales compañías del sector firmaron el Acuerdo para la Descarbonización de la Minería. Este convenio establece un marco de colaboración para desarrollar, validar y escalar tecnologías con miras a la carbono-neutralidad al año 2050.
Alineado con la Ley Marco de Cambio Climático, el acuerdo busca identificar medidas para disminuir emisiones en tres niveles:
- Alcance 1: Combustibles.
- Alcance 2: Consumo eléctrico.
- Alcance 3: Transporte y actividades asociadas.
Asimismo, se contempla la construcción de una hoja de ruta que integre mejoras regulatorias y nuevas soluciones tecnológicas.
Cifras de energías limpias
La modernización eléctrica y la descarbonización son fundamentales para la competitividad del sector. Según datos de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), en 2024 el 74,5% del consumo eléctrico de la minería provino de fuentes limpias.
Las proyecciones del organismo indican que esta cifra aumentará a 78,2% en 2026. Este incremento estará impulsado por la electrificación de procesos, el uso de energías renovables y la adopción de infraestructura capaz de gestionar flujos variables sin afectar la estabilidad operativa.
Tecnología y continuidad operacional
Para enfrentar estos desafíos, empresas tecnológicas como ABB Distribution Solutions están desarrollando sistemas que integran protección eléctrica avanzada y monitoreo digital. Estas herramientas permiten anticipar fallas, mejorar la resiliencia energética y realizar mantenimientos sin detener las operaciones.
El uso de diagnóstico predictivo y supervisión continua resulta vital en zonas remotas, donde los tiempos de respuesta ante contingencias son limitados.
Al respecto, Julius Forrer, Marketing & Sales Manager de ABB Distribution Solutions, destacó que “la minería enfrenta el reto de producir sin interrupciones en entornos cada vez más exigentes, más aún en Chile, donde esta industria es el articulador del desarrollo económico”.
El ejecutivo agregó que el enfoque está en “anticipar las necesidades, reducir el impacto ambiental y ofrecer resultados predecibles”, respaldados por experiencia global y equipos locales.

