Thyssenkrupp anuncia una depreciación de 2.1 mil millones de euros en su división de acero ante un panorama desalentador.
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La compañía alemana Thyssenkrupp reveló el miércoles una amortización de 2.1 mil millones de euros (equivalente a 2.3 mil millones de dólares) en su unidad de acero, atribuida a un pronóstico sombrío para el sector. Este anuncio resalta los desafíos en sus esfuerzos por atraer al grupo energético checo EPH como copropietario del negocio.
Impacto Financiero y Reacción del Mercado
La noticia generó un incremento del 7.5% en las acciones de Thyssenkrupp.
A pesar de la amortización, Thyssenkrupp registró su primer flujo de efectivo libre positivo antes de fusiones y adquisiciones en siete años, una medida crucial para los inversores, llevando sus acciones a un máximo de siete semanas. Las acciones aumentaron hasta un 7.5% después de que el grupo reportara un flujo de efectivo libre antes de M&A de 363 millones de euros, proponiendo un dividendo estable de 0.15 euros por acción. Las acciones se mantuvieron en un alza del 6.4% a las 1041 GMT.
Resultados del Cuarto Trimestre y Estrategia de la Empresa
Thyssenkrupp enfrenta una pérdida neta de 2 mil millones de euros debido a la depreciación.
Como resultado de la amortización, Thyssenkrupp, que ha intentado desinvertir su división de acero durante varios años, registró una pérdida neta de 2 mil millones de euros para el cuarto trimestre. El beneficio operativo ajustado cayó un 45% a 88 millones de euros. «Para decirlo sin rodeos, no estamos ganando suficiente dinero», dijo Miguel Lopez, CEO de Thyssenkrupp, durante la conferencia de prensa anual de la compañía. Lopez ha lanzado APEX, un programa de rendimiento que se espera tenga un impacto positivo de 2 mil millones en el EBIT ajustado del grupo.
Perspectivas y Desafíos en el Mercado del Acero
El mercado del acero enfrenta desafíos debido a las importaciones baratas y los costos de CO2.
Thyssenkrupp señaló el mes pasado un notable deterioro en el mercado del acero, con supuestos optimistas empañados por una mezcla de debilidad económica en Alemania y otros mercados, así como mayores costos de materias primas y energía. Las importaciones baratas de acero chino a Europa y el hecho de que los rivales asiáticos no tienen que soportar los costos de las emisiones de CO2 han sido dolores de cabeza adicionales, poniendo a los jugadores locales en desventaja.
