Beijing diseña un nuevo sistema de licencias que podría agilizar los envíos, aunque sin eliminar los controles más amplios vigentes desde abril.
China ha comenzado a elaborar un nuevo régimen de licencias para la exportación de tierras raras, con el objetivo de acelerar los envíos al extranjero, pero sin llegar a un levantamiento total de las restricciones, como esperaba el gobierno de Estados Unidos. Según fuentes de la industria citadas por Reuters, el Ministerio de Comercio informó a algunos exportadores que podrán solicitar permisos simplificados en el futuro, además de detallar los documentos requeridos para el proceso.
Potente herramienta de presión comercial
Las restricciones a la exportación de tierras raras se han convertido en uno de los instrumentos más efectivos de Beijing en su rivalidad comercial con Washington. China produce más del 90 % de las tierras raras procesadas y de los imanes derivados de estos minerales, esenciales en la fabricación de automóviles eléctricos, turbinas eólicas, dispositivos electrónicos y equipos militares.
Tras el acuerdo alcanzado recientemente entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping, Beijing anunció la suspensión, por un año, de las restricciones impuestas en octubre. Sin embargo, no ha hecho comentarios públicos sobre los controles más amplios introducidos en abril, que desestabilizaron las cadenas globales de suministro.
La Casa Blanca aseguró el sábado que China había aceptado implementar “licencias generales”, calificando la medida como el fin de facto de las restricciones. Pero funcionarios chinos, en conversaciones privadas, reconocieron que el proceso aún está en desarrollo y podría demorar varios meses.
Un alivio limitado
Fuentes del sector precisaron que las nuevas licencias tendrían una vigencia de un año y permitirían mayores volúmenes de exportación. No obstante, las compañías deberán presentar más información sobre sus clientes, y las autorizaciones podrían ser más difíciles de obtener para usuarios vinculados a la defensa u otros sectores sensibles.
“Esto no implica que los controles de exportación introducidos en abril hayan sido eliminados”, advirtió un ejecutivo del sector, bajo condición de anonimato. “Se trata más bien de un ajuste administrativo que busca aliviar la presión sobre las cadenas de suministro, sin ceder el control estratégico que China ejerce sobre estos recursos.”
Algunas empresas chinas de tierras raras señalaron que aún no han recibido notificaciones oficiales sobre los cambios.
Reglas más estrictas desde abril
El sistema de control implementado por Beijing exige actualmente una licencia para cada cargamento exportado, lo que ha generado retrasos significativos y quejas por parte de compradores internacionales. Las trabas provocaron escasez de materiales en mayo, afectando temporalmente a segmentos de la industria automotriz global.
De las cerca de 2.000 solicitudes presentadas por empresas de la Unión Europea desde abril, apenas la mitad ha sido aprobada, según datos del sector.
Los analistas consideran que, aunque la flexibilización es un paso hacia la distensión, China seguirá utilizando su dominio en el mercado de tierras raras como herramienta geopolítica. La medida podría interpretarse como un gesto diplomático hacia Washington, pero sin renunciar a la capacidad de regular el flujo global de estos minerales críticos.

