La ministra de Minería, Aurora Williams, advierte que el sector de la minería necesita una política estable en el largo plazo. Destaca los $104.000 millones de inversión proyectada para la minería chilena, el rol clave de la estabilidad tributaria y el royalty, los avances en la exploración de litio y la importancia de las desaladoras para la industria.
-¿Qué factores están detrás de la proyección de $104.000 millones en proyectos mineros en los próximos 10 años?
–Un punto relevante es que esta proyección de inversión minera es realizada con información formal publicada por las compañías, especialmente aquella que cuenta con resolución de calificación ambiental y que ha sido respaldada por financiamiento a 10 años. Qué está detrás: la estabilidad del país, la capacidad de exploración que tiene hoy nuestro país, las leyes favorables como de Permisos Sectoriales No Ambientales y un precio importante que tenemos de los metales en el mercado internacional. Todo ello, ha impulsado una proyección robusta de inversión en los últimos años.
-¿Cómo ha ayudado la estabilidad tributaria, particularmente con la implementación del royalty?
–La estabilidad tributaria, especialmente con la implementación del royalty minero, ha sido un factor determinante. Chile posee un valor geológico excepcional y un gran potencial para el desarrollo, lo que es un atractivo para los inversionistas. Además, la capacidad del país para explorar y descubrir nuevos recursos también ha sido determinante. A esto se suma una estabilidad política y legislativa que ha mejorado en los últimos años, sobre todo con la aprobación de leyes como la Ley de Permisos Sectoriales No Ambientales, que agilizará la evaluación de proyectos.
También es importante el fortalecimiento del vínculo del Estado con los territorios, lo que ha abierto nuevos espacios para el desarrollo minero. Este panorama, sumado a los precios altos de los metales, ha creado un ambiente favorable para la inversión, y hoy podemos decir que estamos en una etapa histórica para la minería en Chile.
-En términos de proyectos en desarrollo, ¿cuáles son los más importantes?
–Uno de los proyectos más importantes es Escondida, que está en proceso de materialización con una inversión proyectada de más de US$4.000 millones. También destaca el caso de Salar Andino. En el catastro de $104.000 millones, alrededor de $4.700 millones ya están proyectados para iniciarse en el corto plazo. Sin embargo, no solo los proyectos grandes están marcando la pauta, sino también el crecimiento en sectores como el oro en la región de Atacama.
-En cuanto a producción minera, ¿qué se espera para los próximos años en términos de crecimiento?
-La proyección para los próximos años muestra que la continuidad operativa será clave para mantener los niveles de producción actuales de alrededor de 5.500.000 toneladas. De acuerdo con las estimaciones de Cochilco, se espera que lleguemos a los 6 millones de toneladas en producción para 2028. Esta proyección se hace considerando los precios actuales y la estabilidad del país, pero es importante recordar que muchos de los proyectos que se están desarrollando son de continuidad. En términos de inversión, los próximos años mostrarán en promedio unos $8.500 millones anuales, con una inversión más significativa proyectada para después de 2030, alcanzando casi $37.000 millones.
-¿Cómo estamos en términos exploración y qué proyectos pueden surgir de esta área?
–Chile sigue siendo uno de los destinos principales para la inversión en exploración minera a nivel mundial, ubicándose entre los primeros cuatro lugares. Proyectos como los desarrollados por Codelco con BHP son fundamentales. Sin exploración, no tendríamos la base para nuevos proyectos. La competencia con países como Argentina, que también está desarrollando fuertemente su minería, es un desafío, pero Chile sigue siendo competitivo por la estabilidad y la calidad de los minerales que tenemos.
-Un factor importante hoy en la minería es el manejo del agua ¿Cómo estamos en este tema especialmente por la escasez de recursos hídricos?
–El agua es uno de los grandes desafíos para la minería en el norte de Chile, debido a la escasez. Sin embargo, la industria minera ha dado pasos importantes en términos de sostenibilidad. Hoy en día, la mayoría de las operaciones mineras utilizan agua desalinizada del mar, lo que ha sido fundamental para seguir desarrollando proyectos en zonas áridas.
Además, estamos trabajando en mejorar el reciclaje de agua, con un promedio de 75% de reciclaje en las operaciones mineras. A medida que la minería evoluciona, la necesidad de utilizar agua de mar será cada vez más relevante, y las desaladoras jugarán un papel clave en este proceso. También hay que destacar que la inversión en desaladoras no es solo un reto económico, sino también un desafío en términos de permisos y logística.
-En términos de competitividad global, ¿cómo se posiciona Chile frente a otras naciones productoras de minerales, como las de África y podría ser también Argentina?
–Chile sigue siendo muy competitivo, especialmente por la estabilidad política, el respeto a los estándares ambientales y la alta calidad de sus recursos. La minería en Chile es responsable, y los mercados internacionales valoran nuestra huella de carbono, hídrica y social. Sin embargo, países como Argentina están desarrollando su minería a un ritmo acelerado, lo que genera competencia. A pesar de esto, la infraestructura minera de Chile, junto con las políticas gubernamentales y el alto nivel de inversión en exploración, mantiene al país como un socio clave para los inversionistas internacionales.
-El proyecto de la Empresa Nacional del Litio sigue siendo un tema de discusión. ¿Se justifica aún cuando vemos que Codelco y Enami han asumido este desafío?
-La creación de una Empresa Nacional del Litio es una aspiración que sigue siendo importante. Sin embargo, hoy en día hemos avanzado mucho en los objetivos detrás de la creación de esta empresa, como la agregación de valor al litio y la investigación sobre los salares.
A través de un Instituto Público que estudia los salares, hemos avanzado sin necesidad de crear de inmediato una empresa estatal. La industria privada está jugando un papel clave en el desarrollo del litio, y la política de 2050 ha sido diseñada para garantizar que la minería chilena continúe siendo competitiva a largo plazo. El objetivo es construir una industria minera sostenible y estable
Finalmente, ¿qué espera del próximo gobierno en cuanto a la continuidad de las políticas mineras y el impulso a los proyectos en curso?
-Lo que esperamos del próximo gobierno es que mantenga una visión de largo plazo para la minería. Las políticas mineras deben ser de largo plazo, no de corto plazo. Este sector no puede depender de cambios de políticas cada cuatro años. Necesitamos estabilidad y continuidad para que podamos seguir desarrollando proyectos importantes como el litio y el cobre, que son claves para el futuro de Chile. La minería chilena ha demostrado ser un sector estratégico que puede seguir siendo competitivo si se le da la estabilidad y el respaldo necesarios para que continúe desarrollándose de manera sostenible.
Fuente: El América

