Manejo inteligente del agua eleva en US$12 millones rentabilidad de minera chilena

Manejo inteligente del agua eleva en US$12 millones rentabilidad de minera chilena

Una operación minera en Chile logró aumentar su rentabilidad anual en US$12 millones tras implementar un sistema de optimización en el uso del agua y reducir las pérdidas asociadas a problemas en las líneas de proceso. Esta mejora se concretó mediante el trabajo conjunto con Nalco Water, una empresa de Ecolab, utilizando tecnologías de modelamiento y monitoreo digital.

La iniciativa, identificada como proyecto CH2138, permitió enfrentar uno de los desafíos operacionales más complejos del sector: las incrustaciones en las tuberías y equipos, logrando recircular 2.800 m³ de agua por hora y evitando así su extracción desde pozos subterráneos.

Resultados y eficiencia operativa

Según los datos entregados, la intervención técnica no solo mejoró el uso del recurso hídrico, sino que tuvo un impacto directo en la producción. La faena consiguió elevar su producción de cobre en 3.140 toneladas anuales.

En términos económicos, esto se tradujo en un aumento de ingresos por US$8,5 millones, sumado a un ahorro de US$4,5 millones en costos de mantenimiento, productos químicos y limpiezas no programadas.

Desde Ecolab detallaron que el proceso se apoyó en el software Mining Optimizer. Esta herramienta identifica dónde se forman las incrustaciones dentro del circuito hídrico. Con dicha información, la minera instaló un segundo punto de dosificación, ajustó las mezclas de agua e integró monitoreo digital en tiempo real, reduciendo bloqueos y detenciones.

El problema de la «agua pesada»

En la minería, el agua de proceso suele denominarse «agua pesada» debido a sus altas concentraciones de minerales, sólidos y sedimentos. A diferencia del agua potable, estos elementos tienden a cristalizarse al someterse a cambios de presión o temperatura, formando depósitos sólidos en válvulas y tuberías.

Esta acumulación reduce el flujo y aumenta el consumo de energía. En situaciones críticas, una línea obstruida puede forzar la detención de una planta concentradora completa para realizar reparaciones. Por ello, controlar este fenómeno es clave para asegurar la continuidad operacional.

Sergio Cepeda, Líder de la División de Minería de Latinoamérica Sur en Ecolab, explicó la importancia de este enfoque:

«El agua no es solo un insumo; es un activo productivo. Cuando se gestiona de forma inteligente, mejora la continuidad operacional, reduce costos y disminuye el impacto ambiental. Lo que más afecta a una industria es la paralización de las actividades y gracias al monitoreo constante, se logran ventajas superlativas como en este caso».

Contexto de estrés hídrico

El caso cobra relevancia considerando el escenario actual. De acuerdo con el índice global Aqueduct del World Resources Institute, Chile se ubica en el grupo de países con alto estrés hídrico, con niveles comparables a zonas como India o Sudáfrica. Organismos como la OCDE y el Banco Mundial han señalado que la sequía prolongada representa un riesgo para la competitividad nacional.

Además, la percepción ciudadana pone el foco en esta industria. El estudio Ecolab Watermark 2024 indica que el 57% de la población en Chile cree que la minería es el sector con mayor consumo de agua en el país.

«Cuando demostramos que una planta puede ahorrar millones de litros, reducir emisiones e incrementar producción usando tecnología diseñada de forma especializada para cada empresa, cambiamos la conversación. La minería puede ser parte de la solución», concluyó Cepeda.

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