El Colegio de Ingenieros del Perú estima que el país podría alcanzar US$ 7.000 millones en inversión minera para 2035.
Inestabilidad y falta de política de Estado frenan el potencial minero
Perú podría desempeñar un rol clave en la transición energética global debido a su riqueza minera, pero la falta de una política estatal definida y problemas de institucionalidad han limitado su avance. Jorge Soto Yen, presidente del Capítulo de Ingeniería de Minas del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP), alertó sobre estos desafíos durante la conferencia “Perú: una mirada al 2035”. Soto enfatizó que no existe una política de Estado para la minería que establezca objetivos claros y estrategias concretas. “En la práctica no existe una política minera de Estado explícita, que fije objetivos de mediano y largo plazo y defina lineamientos y estrategias estatales para alcanzar esos objetivos”, señaló el experto.
La situación está marcada por la inestabilidad en los liderazgos del sector, con 10 presidentes, 26 ministros de Energía y Minas, y 18 viceministros de Minas en tan solo 25 años. Este panorama ha afectado la confianza de los inversionistas y reducido la competitividad del sector. Para revertir este escenario, Soto abogó por actualizar e implementar efectivamente el Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2050, el cual considera fundamental para alinear las acciones públicas con las demandas de la industria minera y la transición energética.
Proyecciones: producción de cobre y empleo
El presidente del capítulo de Ingeniería de Minas del CIP proyectó que Perú podría alcanzar US$ 7.000 millones en inversiones mineras hacia 2035 si se superan las trabas institucionales que actualmente retrasan los permisos. Además, estimó que la producción nacional de cobre podría escalar a 4,5 millones de toneladas métricas en el mismo periodo, consolidando al país como líder en la oferta de minerales clave junto a Chile. Sin embargo, Soto advirtió que los procesos de aprobación de proyectos requieren entre seis y diez años, lo que perjudica la competitividad frente a otras naciones con industrias más ágiles.
En términos de impacto social y económico, se resaltó que la minería genera cerca de 270 mil empleos directos y 2 millones de empleos directos e indirectos en total. Soto también destacó el creciente rol de las mujeres en el sector, lo que marca un avance en la inclusión dentro de la industria minera.
Llamado a un Estado técnico y con visión estratégica
La exposición contó con comentarios adicionales de líderes del sector privado, quienes subrayaron la imperiosa necesidad de un Estado técnico y estable. Representantes de empresas como Gold Fields, Colquisiri y Apucorp coincidieron en que aspectos como reglas previsibles, señales claras a los inversionistas y una visión estratégica son esenciales para el desarrollo sostenible de la minería. Estos elementos, señalaron, no solo atraerían inversiones, sino que también garantizarían que los beneficios de la actividad minera lleguen a más peruanos.
Por su parte, Jorge Soto llamó a mirar más allá de los ciclos políticos y exclamó: “Necesitamos contribuir mucho en la institucionalidad, yo creo que eso es fundamental para lograr objetivos primordiales”.

