Un fuerte terremoto de magnitud 7,8 se registró este jueves en la zona de Petropavlovsk, península de Kamchatka, Rusia, encendiendo las alarmas de los sistemas internacionales de vigilancia sísmica. El movimiento telúrico se produjo a las 18:58 horas (hora local) a una profundidad de 10 kilómetros, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El evento fue percibido con gran intensidad en distintas localidades del extremo oriental ruso, aunque hasta el momento no se han reportado víctimas fatales ni daños estructurales de consideración. No obstante, su ubicación y magnitud encendieron la alerta en el océano Pacífico, dada la posibilidad de que pudiera generar un tsunami.
SHOA activa monitoreo en las costas chilenas
En Chile, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) informó que se encuentra en permanente monitoreo de la situación, evaluando la posibilidad de un tsunami que afecte las costas nacionales. Aunque en un primer momento no se decretó alarma para la población, las autoridades recalcaron que los análisis son dinámicos y se comunican en tiempo real ante cualquier cambio en el escenario.
El Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) también activó protocolos de coordinación preventiva, en contacto con organismos internacionales de alerta temprana. En paralelo, recomendaron a la ciudadanía mantenerse informada únicamente a través de canales oficiales.
Región sísmica de alto riesgo
La península de Kamchatka es uno de los sectores más activos sísmicamente del planeta, parte del denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde confluyen placas tectónicas que provocan frecuentes terremotos y erupciones volcánicas. En julio de este mismo año, la zona fue escenario de un sismo aún mayor, de magnitud 8,8, que obligó a emitir alertas de tsunami en varios países del Pacífico.
Chile, también emplazado sobre el cinturón, mantiene una vigilancia estrecha frente a movimientos de esta magnitud debido a su historial de eventos sísmicos y tsunamis. La coordinación internacional entre servicios geológicos y oceanográficos es clave para reducir riesgos y garantizar una respuesta rápida.
Por ahora, la situación continúa bajo seguimiento intensivo y las autoridades reiteran que la población debe estar atenta a comunicados oficiales en caso de que se emitan nuevas actualizaciones.