Una nueva iniciativa propone crear una Zona Franca Minera binacional entre Chile y Perú para potenciar la industria cuprífera regional.
Una apuesta estratégica para transformar la industria del cobre
En el marco del último Jueves Minero, se presentó la propuesta de establecer una Zona Franca del Cobre binacional entre Chile y Perú. Esta apuesta estratégica busca integrar puertos, logística y plantas de procesamiento de ambos países, con el fin de agregar valor al cobre y reforzar la competitividad regional en el mercado cuprífero global. Según Carlos Escaffi, fundador y director de Relaxiona Internacional, esta iniciativa tiene como objetivo trascender las cifras de producción actuales y proyectarse como una visión de largo plazo con implicancias económicas, políticas y productivas para ambas naciones. “Dejar de competir para construir juntos”, destacó Escaffi, señalando que este esfuerzo podría redefinir la posición de Chile y Perú en la cadena de valor global del cobre.
Escaffi recordó que ambos países representan casi el 40% de la producción mundial de este metal, pero históricamente han operado como meros proveedores de materia prima. En este sentido, propuso avanzar desde la competencia hacia una colaboración estratégica que maximice las fortalezas compartidas. Esto, en un escenario donde el desarrollo de proyectos enfrenta serios desafíos, como el aumento del tiempo promedio para implementarlos, dificultado por exigencias técnicas, regulaciones estrictas y burocracia. “Se deben equilibrar sostenibilidad, crecimiento económico y gobernanza eficiente para mantener la competitividad”, remarcó el especialista.
Componentes clave de la Zona Franca del Cobre
Lejos de ser un concepto tradicional de recinto aduanero, la propuesta contempla el desarrollo de un ecosistema industrial regional que incluya:
- Puertos y corredores logísticos eficientes.
- Plantas de procesamiento y refinación de cobre.
- Servicios industriales compartidos y plataformas metalmecánicas.
- Infraestructura para manufactura de productos de cobre con valor agregado.
Entre los productos potenciales se encuentran cables, barras, tuberías y componentes para la industria de la electromovilidad y energías renovables. El objetivo es que la región pase de exportar cobre concentrado a comercializar bienes industriales terminados, aumentando así sus márgenes de valor.
Ubicación y gobernanza del proyecto
La iniciativa considera emplazamientos estratégicos en regiones del norte de Chile, como Antofagasta, Atacama y Tarapacá, así como en el sur peruano, en zonas como Moquegua, Tacna o Arequipa. Para ello, se requeriría una infraestructura avanzada que garantice acceso a energía, agua desalinizada y una logística eficiente. Dentro de las propuestas más destacadas está la posibilidad de construir un ferrocarril binacional que conecte yacimientos, plantas industriales y puertos, optimizando el flujo de producción.
En cuanto al modelo de gestión, el proyecto contempla una gobernanza público-privada que involucre a ambos Estados y al sector privado. Asimismo, se incluye un enfoque territorial para garantizar que los beneficios derivados del valor agregado del cobre impacten positivamente en las comunidades locales, impulsando la innovación y los encadenamientos productivos en ambos países.

