La seguridad y en particular el crimen organizado volvieron a estar en el centro de las preocupaciones de las autoridades, en medio de las ola de secuestros que está haciendo noticia en el país. Y desde el mundo empresarial comenzaron a alzar la voz, considerando que uno de los afectados fue un empresario metalúrgico de Rancagua, quien fue liberado la semana pasada luego de que la familia pagara lo que exigían los captores.
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Tras de ello, se ha registrado una serie de otros secuestros en distintos puntos del país.
Ante esto, desde la Asociación de Industria Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet), emitieron una declaración,
«Como Asimet expresamos nuestra consternación y profunda preocupación frente a la irrupción de este tipo de delitos en Chile, fenómeno que amenaza seriamente la estabilidad del tejido social y económico del país», señaló el gremio.
«Estos desafortunados sucesos nos obligan como gremio a hacer un enérgico llamado a nuestras autoridades para que actúen de manera decidida y radical en la lucha contra el crimen organizado, para que los chilenos podamos volver a vivir en el país en paz, seguro y confiable del que nos enorgullecíamos hace algunos años», dice la declaración.
En ese sentido, Asimet recalcó que «el rol del Gobierno y de sus instituciones afines es fundamental para el mantenimiento de la seguridad y orden público, y en este nuevo y lamentable escenario de vulnerabilidad en que nos encontramos viviendo es imprescindible y urgente que actúen con prontitud, determinación y firmeza para garantizar la protección de todos los ciudadanos y un entorno propicio para el progreso».
«Solicitamos al Gobierno la máxima celeridad en la adopción de medidas y sanciones ejemplificadoras, que eviten que este tipo de delitos sigan escalando en Chile, y que garanticen el total respeto al Estado de Derecho. Solo así se podrá generar un contexto favorable a la inversión y el crecimiento» Asimet
Por último, el gremio solicitó al Gobierno «la máxima celeridad en la adopción de medidas y sanciones ejemplificadoras, que eviten que este tipo de delitos sigan escalando en Chile, y que garanticen el total respeto al Estado de Derecho. Solo así se podrá generar un contexto favorable a la inversión y el crecimiento, pero, por sobre todo, un entorno de tranquilidad y confianza en el que merecemos vivir y desarrollarnos todos los habitantes del país».
