Fue un cambio de mando con telemedicina incluida. Cuando André Sougarret asumió la presidencia ejecutiva de Codelco a fines de agosto, estaba lesionado en el Talón de Aquiles por haber jugado un partido de fútbol. Y quien le cedía el poder, Octavio Araneda, convalecía de un trasplante renal.
La mala salud no fue impedimento para que el exlíder del rescate de los 33 mineros de la mina San José hiciera su movimiento de piezas. Si se revisa el organigrama, en los últimos seis meses se cambió toda la plana ejecutiva.
Según conocedores del proceso, los movimientos de ejecutivos claves fueron propuestos por Sougarret y aprobados por el directorio. Pero como todos estos procesos son tan importantes y estratégicos para la empresa, son conversados y consensuados antes para llevarlos a la sesión del directorio, y ahí tuvo un rol clave Máximo Pacheco, presidente de la mesa de Codelco.
Los “tenientinos”
De acuerdo a ejecutivos de Codelco, un sello que tiene el nuevo organigrama de la estatal es el fuerte peso de los “tenientinos”, es decir, los ejecutivos formados en la división El Teniente. “Los ‘tenientinos’ son casi todos de la Universidad de Chile, sus años mozos transcurrieron en El Teniente y forman casi una logia de lo cercanos que son”, dice un ex profesional de la estatal. Además del propio Sougarret y el ex CEO Octavio Araneda, entre los ‘tenientinos” está Nicolás Rivera, vicepresidente de Operaciones Norte en reemplazo de Sougarret.
Rivera fue gerente general de El Teniente y su último cargo fue como vicepresidente subrogante en el norte, algo que molestaba a los de Chuquicamata, con quienes los separa una profunda rivalidad.
El nuevo gerente general de Chuquicamata es Christian Caviedes, quien ya estaba ejerciendo el cargo como subrogante. Ingeniero civil en minas de la Chile, llegó a Codelco hace 17 años a El Teniente, donde ocupó distintos puestos y luego aterrizó en Chuqui, donde asumió la gerencia de operaciones en el 2020.
Y avanzando en paridad, se nombró a Mary Carmen Llano como vicepresidenta de Recursos Humanos, un cargo que dejó Marcelo Álvarez, quien hizo una apoteósica fiesta de despedida en julio con 75 trabajadores, en que se gastaron millones, evento que se maquilló como taller de habilidades blandas.
“Fue un nombramiento muy bien recibido a nivel interno, porque conoce muy bien todas las áreas y procesos de recursos humanos, ya que lleva casi 12 años en la estatal”, señalan en la cuprera. “Es una muy buena oportunidad para Codelco incorporar a una mujer a su comité ejecutivo”, destaca un directivo. Se prevé la llegada de otra fémina en Codelco, en la vicepresidencia de Asuntos Corporativos y de Sustentabilidad.
En la gerencia general de Andina quedó Lindor Quiroga, quien ha hecho una larga carrera en Codelco y estuvo hasta este mes en Radomiro Tomic. Es reconocido por sus habilidades blandas y construcción de equipos, que son las que necesita Andina para avanzar hacia una cultura colaborativa.
Otro nombramiento es el del gerente general de Radomiro Tomic, Julio Díaz, “un viejo bien minero, de bototo y cerro, quien tiene larga experiencia en operaciones en otras empresas mineras en roles similares. Ha estado en Los Bronces de Anglo; Minera Esperanza de Amsa y Cerro Colorado de BHP. “En Codelco se especializó en innovación, una habilidad cada vez más necesaria para enfrentar los desafíos técnicos de Radomiro Tomic”, sostiene un ejecutivo.
Como consejera legal salió Lorena Ferreiro y asume como subrogante Susana Rioseco, abogada senior de estudios y regulación. “Ferreiro era muy cercana a Juan Benavides, el expresidente del directorio, autoritaria y pareja de Alberto Salas”, dice un ex Codelco. “No era querida por nadie”, sostiene un profesional de la cuprera estatal.
