La industria minera australiana ha sido conocida históricamente por su resistencia al cambio y a la adopción de tecnología en su fuerza laboral, debido a años de ganancias constantes que han limitado su necesidad de cambio. Sin embargo, durante la pandemia de Covid-19, las exportaciones de recursos y energía de Australia alcanzaron la enorme cifra de 221 100 millones de dólares (319,1 dólares australianos), y el sector minero por sí solo fue responsable del 10,4 % del PIB nacional durante este período. A pesar de los riesgos laborales considerables que el trabajo en este sector presenta, como accidentes vehiculares, explosiones y derrumbes, el sector ha implementado prácticas y procesos para limitar estos riesgos, lo que ha permitido que la tasa de mortalidad minera en Australia se desplome en un 65 % desde 2003.
Sin embargo, la industria minera australiana enfrenta preguntas profundas sobre cómo implementar cambios repentinos y, a veces, dramáticos en los hábitos de trabajo que han perdurado durante generaciones. Con un mayor desarrollo tecnológico y una adopción más generalizada de dispositivos y procesos, como drones y gemelos digitales, es probable que la industria minera tenga que implementar muchas de estas innovaciones para mantener las ganancias y la producción.
Gran parte del trabajo involucrado en cambiar el futuro de la minería australiana vendrá a través de la capacitación y el reciclaje de su fuerza laboral. El Consejo de Minerales de Australia ha invertido más de $ 45,1 millones (A $ 65 millones) en educación superior solo en minerales desde el cambio de siglo. Además, se espera que se creen alrededor de 10 000 puestos de trabajo en las minas de carbón y centrales eléctricas australianas relacionados con la generación de electricidad para 2036, mientras que se crearán hasta 25 000 nuevos puestos de trabajo en la construcción en el sector de las energías renovables durante el mismo período.
Se espera que la implementación de tecnologías específicas en todo el sector de la minería australiana, como la minería autónoma y continua, brinde un entorno de trabajo más consistente, productivo y seguro, con roles de planificación y programación operativa y de mantenimiento realizados por automatización, robótica e inteligencia artificial. Además, se prevé que la industria reduzca los costos de explosivos en un 20 % y los costos de perforación en un 15 %, mientras mejora el valor potencial de la minería australiana hasta en un 10 %.
En resumen, la industria minera australiana está avanzando hacia la adopción de tecnología y procesos innovadores para mantener sus ganancias y producción, y esto requerirá una inversión en la capacitación y el reciclaje de su fuerza laboral para aprovechar al máximo estas nuevas oportunidades.
Sin embargo, la capacitación y el reciclaje de la fuerza laboral no serán suficientes para implementar cambios significativos en la industria minera australiana. También se necesitará un compromiso a nivel de la empresa y de la industria en general para adoptar tecnologías y prácticas más innovadoras. Esto puede ser difícil de lograr en una industria que históricamente ha sido resistente al cambio, pero los beneficios potenciales son demasiado importantes para ignorarlos.
Además, la industria minera también enfrenta desafíos en términos de sostenibilidad y responsabilidad social. Las prácticas mineras a menudo tienen un impacto significativo en el medio ambiente y las comunidades locales, y esto ha llevado a una mayor demanda por parte de los consumidores y las empresas para una minería más responsable y sostenible.
Para enfrentar estos desafíos, la industria minera australiana deberá adoptar un enfoque más holístico que tenga en cuenta no solo las ganancias y la producción, sino también el impacto en el medio ambiente y las comunidades locales. Esto requerirá una mayor colaboración entre la industria, el gobierno y otras partes interesadas para desarrollar prácticas más sostenibles y responsables.
En resumen, la industria minera australiana enfrenta una serie de desafíos importantes en términos de tecnología, sostenibilidad y responsabilidad social. Aunque la industria ha sido resistente al cambio en el pasado, es probable que tenga que adoptar prácticas y tecnologías más innovadoras para mantener las ganancias y la producción. Además, será necesario un enfoque más holístico que tenga en cuenta el impacto en el medio ambiente y las comunidades locales. Con la capacitación y el reciclaje de la fuerza laboral, el compromiso de la industria y la colaboración entre las partes interesadas, la industria minera australiana puede abordar estos desafíos y asegurar su futuro a largo plazo.
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