En un nuevo intento por desescalar la prolongada guerra arancelaria, Estados Unidos y China han llegado a un acuerdo para establecer un mecanismo de consultas comerciales y económicas bilaterales, según informó este domingo el gobierno chino. El anuncio se dio tras una serie de reuniones sostenidas este fin de semana en Ginebra, que contaron con la presencia de representantes clave de ambos países.
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El viceprimer ministro chino He Lifeng, quien lideró la delegación de Beijing, calificó el encuentro como “sincero, profundo y constructivo”, destacando el compromiso de ambas potencias por avanzar en soluciones concretas a las tensiones comerciales que las enfrentan desde la administración de Donald Trump.
Un paso hacia la distensión comercial
Según informó la agencia estatal Xinhua, las conversaciones concluyeron con la decisión de crear un canal formal de diálogo bilateral, enfocado en abordar temas de interés común y evitar futuras escaladas arancelarias. Este nuevo mecanismo de consulta económica y comercial busca generar instancias regulares de conversación técnica y política entre las partes.
“Ambas partes han llegado a un acuerdo sobre el establecimiento de un mecanismo de consulta económica y comercial entre China y Estados Unidos, y realizarán más consultas sobre cuestiones de interés mutuo”, señaló el comunicado oficial chino.
Reacción de Estados Unidos
Desde la Casa Blanca, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien encabezó la delegación estadounidense, también valoró positivamente el encuentro, describiéndolo como “productivo” y prometiendo entregar mayores detalles durante este lunes.
“Agradecemos el interés y la disposición mostrada por nuestros interlocutores chinos”, comentó Bessent, sin adelantar mayores definiciones sobre el contenido específico del acuerdo.
Contexto: la guerra arancelaria entre ambas potencias
La guerra comercial entre EEUU y China se remonta a 2018, cuando el entonces presidente Donald Trump impuso una serie de aranceles a productos chinos, desencadenando medidas de represalia por parte de Beijing. Desde entonces, ambas naciones han sostenido múltiples rondas de negociación, aunque sin lograr una resolución definitiva.
Este nuevo acuerdo para establecer un canal de diálogo podría significar un punto de inflexión en la disputa, especialmente si logra evitar nuevas barreras comerciales y alinear intereses en materias sensibles como propiedad intelectual, subsidios industriales y exportaciones tecnológicas.
