El gobierno de Brasil ha destituido al presidente ejecutivo de Petrobras, Jean Paul Prates, y ha nombrado en su lugar a Magda Chambriard, quien anteriormente fue jefa del regulador estatal de petróleo y gas. Esta acción se produce después de una disputa entre Petrobras y sus accionistas relacionada con el pago de dividendos, lo que ha generado preocupación sobre la influencia del Gobierno en las decisiones de la empresa. Además, el pronóstico de los beneficios netos de Petrobras en el primer trimestre muestra un descenso del 38% debido a unos ingresos un 15% inferiores.
Un cambio que genera preocupaciones
El cambio en la presidencia de Petrobras ha generado preocupaciones y críticas por parte de los analistas y accionistas. Según los analistas de Citi, la salida de Prates representa un deterioro en la gobernanza de la compañía y supone un riesgo a la baja para la inversión. Esto se debe a que Prates informó a los accionistas que los pagos de dividendos se mantendrían bajos durante un tiempo, mientras la empresa buscaba expandirse en áreas de bajas emisiones de carbono.
El nuevo desafío del CEO entrante
La nueva jefa ejecutiva de Petrobras, Magda Chambriard, se enfrenta a la presión de cumplir con el plan de inversiones y acelerar la expansión del capex, lo que podría tener un impacto negativo en los dividendos de la compañía. Se espera que Chambriard dé prioridad a la reducción de los precios de los combustibles, aumente el gasto de capital y reduzca gradualmente los dividendos, de acuerdo con los objetivos del gobierno. Petrobras ya ha planeado un importante aumento en su gasto de capital para los próximos cinco años, con un total de $102 mil millones de dólares. El objetivo es aumentar la producción de petróleo y gas a 3.2 millones de barriles diarios equivalentes de petróleo, frente a los actuales 2.8 millones de barriles diarios.
Una visión a largo plazo
Por otro lado, el anterior CEO, Jean Paul Prates, tenía un plan para reducir la dependencia del petróleo en los ingresos de la empresa y aumentar la participación de la energía eólica, solar y los biocombustibles en apenas una década. Esta visión a largo plazo planteaba una transformación en el modelo de negocio de Petrobras, diversificando sus fuentes de ingresos. La llegada de Magda Chambriard plantea una perspectiva diferente, con la prioridad de dar cumplimiento a los objetivos gubernamentales.
Desafíos y expectativas
La destitución del presidente ejecutivo de Petrobras y el nombramiento de una nueva líder plantea desafíos y expectativas tanto para la empresa como para el Gobierno de Brasil. La gobernanza de Petrobras está en el centro del debate, y los resultados de las decisiones tomadas en los próximos meses serán clave para determinar el rumbo de la compañía. Los accionistas estarán atentos a las acciones de la nueva jefa ejecutiva, especialmente en lo referente a los dividendos y el plan de inversiones.
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