El plan de la administración Biden de imponer nuevos aranceles a los vehículos eléctricos y las baterías chinas, protegería temporalmente el empleo en el sector automovilístico estadounidense, a expensas de los esfuerzos por luchar contra el cambio climático.
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Impacto en el mercado
Según los analistas, el impacto inmediato de los aranceles en los vehículos eléctricos sería mínimo, ya que actualmente se venden pocos vehículos eléctricos fabricados en China en Estados Unidos.
La Casa Blanca también planea aumentar los aranceles sobre las baterías y componentes chinos hasta el 25%, lo que afectaría a una gama más amplia de vehículos.
Objetivos de adopción de vehículos eléctricos
En abril, el Gobierno de Biden promulgó normas para aumentar el porcentaje de vehículos eléctricos en Estados Unidos del 8% al 56% en 2032.
Los fabricantes de automóviles han advertido que alcanzar estos objetivos será difícil debido a las restricciones a los vehículos eléctricos que obtienen contenido de China.
Impacto en el precio de los vehículos eléctricos
Según los fabricantes, sin acceso a baterías y materiales de bajo costo fabricados en China, los vehículos eléctricos resultarán demasiado caros para el público estadounidense.
Importaciones y exportaciones de vehículos
En 2021, los fabricantes de automóviles estadounidenses exportaron vehículos por valor de 6.300 millones de dólares a China, mientras que China solo envió vehículos por valor de 1.450 millones de dólares a Estados Unidos.
Actualmente, solo cuatro líneas de vehículos vendidos en Estados Unidos se fabrican en China, según datos del Gobierno.
Posibles consecuencias
Los aranceles de represalia chinos podrían perjudicar a los trabajadores de la fábrica de BMW en Spartanburg y a la planta de Mercedes-Benz en Alabama.
Una guerra comercial entre Estados Unidos y China podría hacer subir los costos de los vehículos eléctricos, las baterías y otros componentes de los vehículos eléctricos.
Impacto político
Los vehículos eléctricos se han convertido en un tema central en la política climática y en la forma en que Estados Unidos responde a los esfuerzos de China por dominar las tecnologías del siglo XXI.
Tanto Biden como Trump utilizan aranceles y barreras comerciales para mantener a los fabricantes chinos de vehículos eléctricos fuera del mercado estadounidense.
