Chile se enfrenta a un desafío estratégico por la baja calidad de la cal y su impacto en la industria minera, especialmente en la producción de litio y cobre.
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La amenaza silenciosa detrás de la baja calidad de la cal
Chile, reconocido mundialmente por su liderazgo en la producción de cobre y su emergente rol en el mercado del litio, se ve confrontado por un problema crítico e invisible: la deficiente calidad de la cal nacional. Este componente esencial para la flotación de minerales sulfurados y el tratamiento de impurezas en salmueras de litio plantea un serio riesgo para la eficacia de la minería en el país.
Según cifras de Cochilco, la demanda de cal viva en Chile se espera que alcance las 1,5 millones de toneladas para 2026, sobrepasando con creces la capacidad productiva interna, con un 90% destinado al sector minero.
Desafíos de competitividad y dependencia externa
Las proyecciones señalan que las importaciones de cal superarán la producción local a partir de 2026 y se espera que para 2032 la brecha se agrande, con un millón de toneladas importadas frente a las 780 mil nacionales. Esto se debe, en parte, a factores geológicos y económicos que encarecen la producción de cal en Chile en comparación con sus vecinos.
- La baja calidad de la cal chilena incrementa costos y complica su uso en sectores sensibles como la producción de litio.
- El aumento de impurezas afecta la eficiencia y genera emisiones de CO₂ adicionales, contrarrestando los esfuerzos de descarbonización.
- La dependencia creciente de importaciones agravará los riesgos logísticos y económicos para la industria minera nacional.
Impacto en la industria y las proyecciones futuras
La baja competitividad de la cal nacional no solo afecta la cadena de suministro, sino que podría poner en peligro el desarrollo de la minería en un contexto global cada vez más exigente. Sin acciones contundentes para mejorar la producción nacional y su calidad, Chile arriesga perder autonomía y competitividad en un sector clave para su futuro energético y económico.
